«Se lo dedico a toda mi familia por el apoyo»
Vicente Crespo celebra la Caldereta Asturiana con los suyos porque «gracias a ellos hay continuidad» en el restaurante que abrió en 1994
El restaurante V. Crespo es un referente, un histórico de Gijón y un acierto seguro pero, por encima de todo, es un negocio familiar. Por eso quien lo fundó en 1994, Vicente Crespo, dedicó su Caldereta Asturiana a quien ha estado con él siempre a lo largo de estos 30 años, la familia. Porque «cuando empecé de cocinero a los 15 años, mi ilusión era tener un restaurante, pero no era consciente de lo complicado que era», remarcó. Por eso, dijo, «este premio se lo quiero dedicar a los míos por el apoyo constante y por la continuidad».
El principal responsable de que V. Crespo no haya cerrado tras la jubilación del iniciador estaba a su lado sobre el escenario. Su hijo Marcos Crespo, responsable de la sala y de que la bodega de V. Crespo sea envidiable –hasta tres vinos propios elabora–, quiso incorporarse pronto y cogió en solitario las riendas del negocio familiar cuando «en 2010, mi padre decide emprender nuevos proyectos y aventuras».
Ahora, ya jubilado, el fundador sabe que haber encontrado en casa el relevo no solo fue un acierto, sino una suerte. Otra, esta lograda con mucho trabajo y a lo largo de los años, ha sido conseguir «una clientela fiel, que también nos da continuidad». «Lo fundamental de un negocio, lo único importante de verdad, es el cliente y rodearte de un equipo bueno tanto profesional como humano». Visiblemente emocionado, Vicente Crespo, que recibió un cariñoso gesto de su hijo, aseguró que «cuando empecé en cocina en 1968, jamás imaginé que iba a tener un reconocimiento como éste. Gracias a 'Yantar' por su continuo apoyo a la gastronomía asturiana».