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Julio Alberto, recientemente en Barcelona.
«Sé que no tengo mucho tiempo»

«Sé que no tengo mucho tiempo»

El exfutbolista Julio Alberto publica 'Nunca recordaré haber muerto', una biografía en la que habla sin tapujos de una infancia marcada por los abusos sexuales y sus problemas con las drogas

M. F. ANTUÑA

Martes, 19 de abril 2016, 00:30

Dice que sabe lo que es estar muerto, al otro lado, y volver . Y no miente. Ha sobrevivido a tres accidentes de avión, tres sobredosis, dos comas, dos infartos, un ictus y sufre una necrosis en el corazón. Julio Alberto Moreno (Candás, 1958) ha capeado los múltiples embates de una vida nada fácil y acaba de alzar la voz y alto y claro para revisar lo que fue, lo que es y lo que más importante, lo quiere ser, que tiene fácil respuesta: «Feliz».

Porque, hasta hace bien poco, el que fuera futbolista del Atlético de Madrid y el Fútbol Club Barcelona, no ha sido feliz. Una familia desestructurada, unos padres separados, un juez que ordena su ingreso en un orfanato, un campamento en el que sufrió abusos sexuales... Sus primeros años de vida fueron de todo menos inocentes y de ellos habla en 'Nunca recordaré haber muerto', la biografía escrita por Consuelo García del Cid en la que se desnuda desde esos primeros años hasta los últimos. En ella confiesa que con 12 años sufrió abusos: «En verano nos mandaban tres meses de campamento. A los doce años fui violado dos veces por un monitor. Fui violado muchas más veces siendo todavía un niño. No sé como he podido sobrevivir a eso y tener la cabeza amueblada. Sodomizar a un niño es algo espantoso», ha dicho el exfutbolista, que presentó el libro hace diez días en Barcelona junto a Josep Maria Bartomeu.

No fue hasta cumplidos los cincuenta años cuando se decidió a hablar. A decir lo que había pasado de niño. Entonces su vida solo había hecho que multiplicar exponencialmente aquella pesadilla. Entonces habló ante un terapeuta del Proyecto Hombre, la vía elegida para dar carpetazo a ese pasado de drogas que atenaza y copa su biografía. «Cuando una persona normal se recupera, nadie le conoce excepto su familia y su entorno. No son famosos, es su vida y su pequeño mundo. Yo llevaba un cartel luminoso que decía: Julio Alberto, drogadicto». Y eso nunca ayudó sino todo lo contrario». Recupera en su biografía momentos duros, como cuando en Venezuela la policía del aeropuerto le colocó una bolsa de cocaína. «Podría escribir tres libros seguidos sobre las drogas», ha asegurado el exlateral asturiano. No niega su malestar por que su figura se asocie continuamente a las drogas. Como si fuera el único: «En este país solo nos drogamos Maradona y yo», ironizaba en una entrevista publicada por 'El Mundo'.

Ahora vive solo pero ha compartido casa con 21 mujeres, incluida Carmen Escámez, sobrina de Alfonso Escámez, con quien se casó. Fueron un sinfín las aventuras. Alguna de ellas las relata en el libro: «Llevábamos semanas concentrados, me escapé y conseguí un par de chicas. Como no tenía donde llevarlas, paré una ambulancia, le di algunos billetes al conductor y nos metimos dentro», según recoge 'Marca', que revela también sus excesos con los coches -tenía un Porsche blanco y otro negro- y su afición desmedida a las carreras.

Pero más allá de el pasado está el presente. Está limpio. Y solo quiere ser feliz. Está embarcado en proyectos solidarios, ha viajado al Tíbel en varias ocasiones, y asegura tener fuerza interior para seguir caminando. Puede que incluso en Asturias, porque confiesa que le gustaría tener una casita en los Picos de Europa. Quien ha dormido en la calle como un 'sin techo' más y ha visto tan cerca la muerte ya no le tiene miedo. De hecho, tiene claro que le acecha: «Sé que no tengo mucho tiempo. Tengo el corazón muy dañado».

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