Aruca Fernández-Vega: La mujer que conquistó el corazón de Emilio Aragón y brilla con luz propia

En el mundo del espectáculo español, pocas historias de amor son tan sólidas y admiradas como la de Emilio Aragón y Aruca Fernández-Vega. Aunque él es una figura pública polifacética —actor, músico, presentador, director y productor—, ella ha sabido mantenerse en un elegante segundo plano, apoyando su carrera mientras forjaba una vida propia marcada por el emprendimiento, la discreción y el buen gusto.

El flechazo entre Aruca Fernández-Vega y Emilio Aragón ocurrió cuando ambos eran apenas adolescentes. Proveniente de una familia asturiana de renombre en el ámbito de la oftalmología —los Fernández-Vega son reconocidos en toda España por el prestigioso Instituto Oftalmológico Fernández-Vega—, Aruca creció en un entorno distinguido. Su abuelo materno, Manuel Feijóo, vinculado al célebre Circo Americano y Circo Price, propició el encuentro entre los jóvenes cuando los Aragón fueron contratados para una función circense. Así comenzó una relación que se convertiría en una de las más sólidas y duraderas del panorama español.

En 1983, tras varios años de noviazgo, Aruca y Emilio sellaron su amor en una íntima boda celebrada en Asturias, en Ceceda. Desde entonces, han construido una vida juntos basada en el respeto, la complicidad y el amor. Juntos tienen tres hijos: Icíar (conocida cariñosamente como Ichi), Macarena y Nacho, quienes también han mantenido un perfil reservado a pesar de la notoriedad familiar.

Aunque Aruca Fernández-Vega ha optado por una vida alejada de los focos mediáticos, su espíritu emprendedor la llevó a incursionar en el mundo de la moda. En 2018, junto a su hija Macarena Aragón, fundó LexDeux, una firma de moda que rápidamente captó la atención en el competitivo sector textil español. Sus diseños llegaron incluso a presentarse en la prestigiosa Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, consolidando su talento y visión creativa.

Esta faceta emprendedora muestra una Aruca apasionada, decidida y con una visión contemporánea, capaz de combinar su buen gusto y elegancia con propuestas innovadoras en la moda. A pesar del éxito de la marca, Aruca ha seguido manteniendo su característica discreción, evitando entrevistas y apariciones mediáticas innecesarias.

El matrimonio Aragón-Fernández-Vega siempre ha apostado por la privacidad. Durante los años de mayor popularidad de Emilio Aragón, especialmente en la época de «Médico de familia», la presión mediática se hizo intensa. Por ello, decidieron mudarse temporalmente a Boston, buscando un entorno más tranquilo para su familia.

En raras ocasiones Aruca Fernández-Vega ha concedido entrevistas, y cuando lo ha hecho, siempre ha defendido su derecho a la intimidad. «Hemos sido muy reservados. Nunca hemos querido dar ninguna entrevista. Ni cuando nacieron mis hijos», declaró en una de sus pocas apariciones públicas.

Aunque mantiene un perfil bajo, Aruca no deja de brillar en ocasiones especiales. En septiembre de 2024, fue madrina en la boda de su hijo Nacho con Bea Gimeno, un evento que reunió a lo más destacado de la sociedad española. Más recientemente, en febrero de 2025, asistió a la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, donde deslumbró con su elegancia innata y un estilo boho-chic que se ha convertido en su sello personal.

A sus 64 años, Aruca Fernández-Vega sigue siendo un referente de sofisticación y buen gusto, combinando modernidad y tradición en cada una de sus apariciones. Su presencia siempre es sinónimo de distinción, y su estilo, una inspiración para muchas mujeres de su generación.

No cabe duda de que Aruca Fernández-Vega es mucho más que la esposa de Emilio Aragón. Es una mujer independiente, emprendedora y elegante, cuyo apoyo incondicional ha sido clave en la trayectoria del artista. Juntos han construido una historia de amor ejemplar, basada en el respeto mutuo y la admiración.

Con una familia unida, una carrera en el mundo de la moda y una presencia pública siempre impecable, Aruca Fernández-Vega sigue siendo una figura admirada. Su historia es la de una mujer que, sin buscar los focos, ha brillado con luz propia, consolidándose como un símbolo de elegancia, discreción y éxito en el panorama español y asturiano.

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