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Portada de la revista que da la exclusiva. E. C.
Isabel Preysler, fotografiada en bikini 23 años después

Isabel Preysler, fotografiada en bikini 23 años después

Isabel Preysler vuelve a ser fotografiada en un dos piezas 23 años después y con la misma esbeltez de siempre

Arantza Furundarena

Jueves, 23 de agosto 2018, 00:14

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Veintitrés años después, frente a las aguas turquesas del Índico, la incombustible Isabel Preysler había de recordar el verano remoto en el que posó en bikini por última vez... Vale, que eso es evocar a García Márquez y aquí estamos hablando de la novia de Vargas Llosa. Pero es que hasta la referencia literaria más legendaria se queda corta a la hora de describir el milagro de I. Preysler, una mujer cuya esbeltez permanece ajena al paso del tiempo. Tanto que su inalterable ombligo juega ya en la misma liga que el brazo incorrupto de Santa Teresa... Casi un cuarto de siglo después de haberla retratado en bikini, '¡Hola!' lleva a su portada la asombrosa exclusiva de una Isabel Preysler igual de espléndida, pero con 67 años. Un impactante reportaje gráfico que hará exclamar a más de una... '¡Quiero lo que está tomando ella!'.

Las idílicas imágenes pertenecen a las vacaciones que se acaban de regalar Preysler y Vargas Llosa en un exclusivo atolón de las islas Maldivas por el que ya han pasado los Clooney y los Beckham. Aunque decir vacaciones en el caso del Premio Nobel es mucho decir. Igual que ciertas especies de tiburón, este hombre no puede cesar en su actividad y llueva, truene o esté en el paraíso, él tiene que escribir varias horas al día. Está visto que los cantos de la sirena Preysler no son capaces de competir con una todopoderosa rival llamada literatura. Este verano no había medusas, pero tampoco hay una sola foto que muestre a la pareja en actitud cariñosa.

Mientras al escritor la revista nos lo descubre metido en el agua hasta el cuello o como mucho de lejos y de espaldas, con maxibañador de florecillas, con Isabel, que luce un bikini estampado en tonos verdosos y anudado al cuello, no se ha ahorrado un solo plano: de frente, de perfil, por detrás, dentro del agua, fuera de ella (y siempre sola), su figura resiste el análisis en todos los ángulos.

Eterna juventud

Es de suponer que la publicación de esas fotos habrá contado con la selección y aprobación de su protagonista. Pero, aún así, cuesta creer que ese cuerpo pertenece a una mujer de casi 70 años, madre de cinco hijos. A este paso, la ex de Julio Iglesias va a robarle a Elle Macpherson (13 años más joven) el apodo de 'El Cuerpo'. Madonna también figura en la lista de perseguidoras de la eterna juventud, pero su fobia al bronceado le impide ponerse en bikini, y desde que cumplió los 60 (hace unos días) anda medio traumatizada, ocultando su físico bajo una enorme túnica bereber.

Pensemos que en 1995, la última vez que Isabel Preysler apareció en bikini en una portada, había guerra en Bosnia, el rey Juan Carlos recibía el Premio de la Paz de la Unesco, Arantxa Sánchez Vicario encabezaba la lista de las mejores tenistas del mundo, Francia realizaba su primera prueba nuclear en el atolón de Mururoa, Saddam Hussein era reelegido en Irak, Clinton mandaba en Estados Unidos y el Papa era Juan Pablo II. De todos esos acontecimientos y nombres propios, la única que ha sobrevivido inalterable al paso del tiempo es la anatomía de Isabel Preysler. Está claro que Dorian Gray tiene una versión real, femenina y filipina... La pregunta inevitable es: ¿dónde esconde Preysler el aterrador retrato?

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