Alejandro Beneit Director del Acuario Bioparc de Gijón

«El Acuario es el recurso turístico de pago más visitado de Gijón»

–El Acuario cerró 2024 con récord de visitantes. ¿Cuántos, exactamente?

–203.000.

–Estarán satisfechos...

–Sí. Era una evolución que teníamos prevista cuando llegamos a Gijón. Además, nuestra proyección es que podemos seguir subiendo un poco más. Este año 2025, entre un 4 o un 6%.

–Imagino que las visitas se concentran en julio y agosto, ¿no?

–Sí, en agosto sobre todo. Deberíamos reforzar los momentos que no son punta, para incrementar ahí las visitas. Las exposiciones temporales nos ayudan mucho en ese sentido. Además, creo que el área de Turismo del Ayuntamiento lo está haciendo muy bien, posicionando Gijón como destino de calidad y nosotros formamos una parte muy importante de esa oferta. Somos el recurso turístico más visitado de la ciudad, al menos entre los de pago, y estamos entre los más visitados de la región.

–¿Cuál diría que es la clave de ese éxito?

–Hay muy pocas ciudades en España que puedan tener un recurso como este. Los acuarios son instalaciones que gustan mucho y el enfoque que nosotros le estamos dando, de un ocio con causa, es el que está pidiendo la ciudadanía.

–Explíqueme eso del ocio con causa.

–Esto no es solo un sitio para enseñar animales. Tenemos una parte de investigación, de conservación, de divulgación, tenemos un comité de bienestar animal y un centro de recuperación de animales marinos, el CRAMA, que no genera ingresos, al revés, solo gastos, pero que es parte de nuestra filosofía. El índice de satisfacción de los visitantes aumentó el año pasado dos puntos.

–¿Y económicamente el negocio es sostenible?

–Sí. Este proyecto es sostenible y da un margen de beneficios para que la compañía siga invirtiendo en proyectos y en cosas como el CRAMA.

–¿Qué actividad ha tenido el centro de recuperación en estos casi dos años de actividad?

–Nos han llegado nueve tortugas. Son animales que llegan en unas condiciones muy malas, con múltiples patologías y el denominador común de haberse visto afectadas por la presencia de plásticos en el mar. Ahora mismo tenemos un par de ellas.

–De media, ¿cuánto tiempo pasan en el centro?

–Unos nueve o diez meses. Para la suelta hay que esperar a meses en los que la temperatura del agua es la idónea.

–En septiembre reintegraron al mar a las dos primeras recuperadas en el CRAMA. Una, a la que hubo que amputar una aleta, lleva radiomarcador. ¿Dónde fue localizada por última vez?

–Cerca de Lisboa, creemos que se dirige a las islas Azores.

–La última incorporación al Acuario fue la del ajolote. ¿Se prevé incorporar alguna nueva especie más este año?

–El ajolote es la estrella. Es, con diferencia, el peluche más vendido en la tienda del Acuario. Este mes o el que viene, nos llegarán dos tortugas bobas nuevas. Vienen de Francia, del parque Marineland, que ha cerrado. Son dos ejemplares de 80-90 kilos cada uno.

–Antes hablaba de la importancia de las exposiciones para desestacionalizar las visitas. ¿Qué están preparando para este año?

–Desde abril a finales de año vamos a tener 'Veneno', una exposición espectacular de animales venenosos. Se podrán ver en terrarios que instalaremos por todo el Acuario. Es una exposición que está ahora mismo en Varsovia.

–¿En qué consiste el proyecto de Escuelas Azules que tienen en marcha?

–Es un proyecto avalado por la Unión Europea que lleva a cabo el CSIC. Se trata de introducir en los currículos educativos proyectos relacionados con el mar. Nosotros somos los coordinadores en Asturias. También hay empresas colaboradoras. El colegio de La Corolla ya es el primer centro certificado como Escuela Azul.

–Otro grupo importante de entradas son las visitas escolares.

–El año pasado recibimos a 23.000 alumnos, un 18% más.

–¿Ya trabajan en el cuarto festival de cine documental marino?

–Sí. Será nuevamente en noviembre. Después del éxito de esta tercera edición, tanto por el nivel de las películas como de los ponentes, estamos viendo cómo hacerlo más grande, porque el auditorio se nos queda un poco pequeño. Yo me resisto a sacarlo del entorno del Acuario. Quizá la solución pueda ser instalar una carpa en el exterior... Estamos viéndolo.

–¿En qué punto está el proyecto de ampliación con el oceanario atlántico en la dársena?

–El proyecto del pinguinario exterior que estaba proyectado se cambió porque por motivos sanitarios no se podía hacer. Estamos valorando qué opciones tenemos para la dársena. Este año tenemos que decidir qué hacer y abordarlo con el Ayuntamiento.

–Cerrada la compra de los terrenos de Naval Gijón, ¿se despeja el camino para ese otro proyecto de ampliación, más ambicioso, del Acuario?

–La compra de los terrenos de la Autoridad Portuaria ha sido un éxito, estoy convencido de que eso va a cambiar la ciudad. La transformación va a ser total y por supuesto que nos va a beneficiar porque dejaremos de estar en un fondo de saco. Abrir ese espacio nos va a cambiar radicalmente. Pero todavía queda por adquirir el suelo de Pymar, que es donde, si hay oportunidad en el futuro, nos encantaría proponer una ampliación del Acuario.

–¿Qué tal está funcionando la experiencia de realidad virutal 'La última frontera'?

–Muy bien. Tanto que vamos a llevarlo a nuestras instalaciones de Fuengirola y Valencia.