El área para la práctica del piragüismo en Gijón, junto al Acuario
El gobierno trasladará hoy esa ubicación a la directiva del Grupo Covadonga, que en principio la considera una buena opción
Ha cambiado el gobierno y los concejales con los que Grupo Covadonga ha polemizado, de Aurelio Martín, de IU, a Rodrigo Pintueles, del PP, y ... que ahora ocupa las competencias de Medio Ambiente, pero la polémica a cuenta del río Piles y el piragüismo no ha cesado. De hecho, la tensión entre el Ayuntamiento y la entidad no se ha rebajado ni un ápice. Sí de cara a la galería, porque no hay acusaciones cruzadas como en el anterior mandato, pero en los hechos todo sigue igual. O peor.
Hasta hoy. En una dirección u otra, las horas venideras, hasta medianoche, serán decisivas. Y las (pen)últimas de esta polémica que ya ha dejado por el camino el interés de buena parte de socios y de gijoneses (recuérdese las movilizaciones de los primeros tiempos). El caso es que se llega al último día para presentar recursos contra el proyecto de renaturalización del río Piles. Se apurará hasta el último minuto. El gobierno quemará hoy el último cartucho con el Grupo Covadonga, fracasados los anteriores. Les va a presentar una ubicación para la práctica del piragüismo que les pueda resultar satisfactoria. Será en una dársenas de los antiguos astilleros del Cantábrico, pegado al Acuario.
El plan ya está diseñado y parece que podría encajar a la autoridades grupistas. De hecho, fuentes consultadas, afirman que es la opción que ven con más opciones de viabilidad. En cualquier caso, del lado del gobierno no las tienen todas consigo. En la reunión del 31 de diciembre se les dijo por parte del Grupo que si les cerraban una reunión con la Fundación Biodiversidad (dependiente del Ministerio de Transición Ecológica) quitarían los recursos. Se concertó la cita, y no los quitaron. Se celebró la cita (el viernes), y tampoco.
Vestuarios y hangares
Las dos partes tienen algo que jugarse en esto. El Grupo, además de lograr recuperar la práctica del piragüismo en la ciudad, tiene un proceso electoral que traerá un cambio de presidencia al frente de la entidad. Se conoce ya a uno de los candidatos, Joaquín Miranda, que pertenece a la actual directiva de Antonio Corripio. Del lado del gobierno, además de tener aplacados los ánimos de una entidad que mueve a miles de socios, tienen colgando la viabilidad del proyecto de renaturalización. Si se paralizase con algún recurso están en juego los más de dos millones de financiación. «Tener que buscar nosotros ahora una solución a algo que se podía haber evitado. La calidad de las aguas no se veía alterada porque lo usase una sección deportiva», afirmó ayer el portavoz del gobierno, Jesús Martínez Salvador, quien recordó que les hubiera gustado que la práctica siguiese siendo en el Piles. Esto, como les dijo la Fundación Biodiversidad el viernes, no puede ser porque esa alternativa -con azudes- no está contemplada en el proyecto que se presentó para conseguir la financiación europea así que ya solo quedan dos salidas: que se encuentre una nueva ubicación o que el Grupo se salga con la suya en los tribunales (siempre y cuando siga su periplo judicial).
De contarse con el visto bueno grupista, y parece lo más probable a estas horas, quedaría la gestión de la Concejalía de Deportes para la colocación de vestuarios, hangares y su inserción como instalación dependiente del Patronato Deportivo Municipal.
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