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Bomberos de Asturias rescatan el cadáver del acantilado de la Colina del Cuervo.

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Bomberos de Asturias rescatan el cadáver del acantilado de la Colina del Cuervo. JOAQUÍN PAÑEDA

El cadáver de Diego García aparece en el acantilado de la Colina del Cuervo

El vecino de Nuevo Gijón de 38 años faltaba de su domicilio desde hacía una semana. Un ciudadano dio la voz de alerta al divisar el cuerpo

OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Viernes, 16 de agosto 2019, 01:17

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Los peores presagios se cumplían cuando poco antes de las dos de la tarde un ciudadano alertaba de la presencia de un cuerpo en el acantilado de la Colina del Cuervo. Rápidamente se ponía en marcha un amplio dispositivo de los servicios de emergencia para tratar de llegar al cadáver. Más tarde se confirmaría que se trataba de Diego García Peláez, el vecino de Nuevo Gijón de 38 años que faltaba de su domicilio desde hacía una semana.

Era precisamente por esa zona, en las inmediaciones del parque de La Providencia y la senda costera, por donde la Policía Nacional y sus familiares centraban su búsqueda después de que un testigo lo situase en el lugar el día en el que se le perdió la pista.

Sobre las dos de la tarde los rescatadores del helicóptero de Bomberos de Asturias conseguían llegar hasta el punto en el que se encontraba el cuerpo e izarlo a la aeronave para trasladarlo a tierra firme.

En lo alto de la Colina del Cuerpo aguardaban ya agentes de la Policía Local y de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, que desde el inicio se hicieron cargo de las investigaciones. Certificaban que se trataba del hombre al que llevaban buscando desde hacía una semana después de que sus familiares interpusiesen una denuncia alertados por su inesperada ausencia.

Examen forense

Los restos mortales de Diego García Peláez fueron trasladados por los servicios funerarios al Instituto de Medicina Legal, en Oviedo, con el objeto de practicarle la autopsia que determine las causas exactas de la muerte y el tiempo transcurrido desde su defunción.

Su pista se pierde el miércoles 7 de agosto a la salida del curso de primeros auxilios al que acudía en la Feria de Muestras y del que se daba la circunstancia de que era el último día. No regresó a su piso de Nuevo Gijón. Según relató su hermana, había salido con la cartera y las llaves, pero sin el teléfono móvil que tenía estropeado.

Durante días sus allegados realizaron búsquedas por el parque de La Providencia y los alrededores y colocaron decenas de carteles con la imagen del hombre por toda la ciudad. Pese a que la familia no perdía la esperanza, el hecho de que los días fueran pasando sin que Diego diese ninguna señal hacía mermar los ánimos. «Nunca se marcharía a ningún sitio sin avisarnos», explicaba su hermana.

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