Una comunidad denuncia filtraciones de agua de Los Pericones desde hace 18 años

Jesús Blanco es un vecino del número 29 de la calle Alfonso Camín, de El Llano, uno de los portales de un bloque de viviendas que colinda con el parque de Los Pericones. Blanco denuncia que las filtraciones del agua de lluvia que bajan de esta zona verde han causado daños en el aparcamiento subterráneo de la comunidad desde hace 18 años.

El aparcamiento de 220 plazas tiene humedades de grandes dimensiones en el techo y muchas paredes, aunque la zona subterránea más afectada, según su denuncia, es la adyacente a la calle Santiago Carrillo, donde él aparca junto a otros 13 vecinos perjudicados. Ahí, algunas partes del techo de hormigón han cedido varias veces, causando desperfectos en los vehículos. Su coche resultó dañado en la luna delantera y un piloto. El coste total de las reparaciones que cubrió el seguro, dice Blanco, fue de casi 4.000 euros.

La comunidad de vecinos contrató los servicios de un ingeniero, quien evaluó los daños y determinó que la causa del problema es la mala filtración del agua de lluvia desde las arquetas y tuberías que pasan por la calle María Moliner, al lado del parque. «En febrero pasado vino un ingeniero, estudió el problema, metió cámaras», así dice Blanco que supo por dónde se filtraba el agua.

Alrededor de la manzana de este bloque de viviendas también se observan en los muros, a la altura de la acera, las zonas por donde se filtra el agua. Según Blanco, hace un par de años que el Ayuntamiento hizo algunas reparaciones para tapar las fisuras por donde entra el agua hasta el aparcamiento, pero «son solo parches» para un problema que se podría prevenir mejorando las tuberías que filtran el agua y limpiando las arquetas de la zona que suelen estar tapadas, sostiene.

Desde que comenzaron las filtraciones, la comunidad ya ha gastado «unos 12.000 euros en reparaciones dentro del aparcamiento», revela este vecino. Por eso, cree que el Consistorio debería solucionar el problema de raíz e intervenir en la vía pública «porque es su competencia y ellos no tienen permiso para hacerlo».

Cuando llueve intensamente, como pasó en noviembre pasado, el agua que se filtra desde el parque «cae a chorros» desde el techo, manifiesta este afectado. Aparte de la incomodidad para usar a diario sus vehículos, a los vecinos les preocupa el sistema eléctrico y la iluminación del aparcamiento. Algunos han colocado lonas de plástico en sus plazas para evitar el contacto con el agua que corre por los muros cuando llueve.

«Esos florescentes grandes se llena de agua, los de la luz, se llenan de agua y caen. ¿Y si hay un incendio? Estamos encima de una bomba de relojería», sostiene.

El pasado 18 de diciembre, este vecino fue a las oficinas de la Antigua Pescadería para presentar una queja y una carta a la Concejalía de Mantenimiento y Obras Públicas, pero por el momento no ha recibido ninguna respuesta.

Aunque los vecinos han pedido que el Ayuntamiento les permita arreglar el problema desde fuera, Blanco especifica que, hasta la fecha, solo han recibido negativas. «Han dicho que no, que en la calle no se toca la acera. Nosotros no podemos arreglar el problema por dentro», lamenta.