Depósitos subterráneos en las calles de Gijón
El Ayuntamiento prevé licitar en los próximos días las obras de 'Gijón Ecoresiliente', con acciones en La Calzada, Moreda y Viesques
Mientras cierra los últimos flecos del proyecto definitivo para el Piles, que prevé presentar al Grupo Covadonga el próximo lunes, antes de su paso por la junta de gobierno, el Ayuntamiento también prepara la próxima licitación de las obras para el segunda gran plan de «renaturalización» que abordará la ciudad con cargo a los fondos europeos del programa Next Generation. Se trata de 'Gijón Ecoresiliente', un conjunto de actuaciones con las que se pretende lograr una mayor presencia de la vegetación en calles de La Calzada, Viesques y Moreda, «con objeto de avanzar en el incremento de la biodiversidad», al tiempo que se reduce la acumulación de agua de lluvia en las cuencas de la calle Brasil, el río Pilón y el canal del Molín, minimizando de este modo los problemas de inundaciones que se dan en momentos de grandes precipitaciones.
Quince meses después de conocerse la concesión por parte del Ministerio para la Transición Ecológica de 3,1 millones de euros procedentes de Europa para hacer frente a este proyecto, y tras haber dedicado el último año a tareas de investigación como el desarrollo de 'tecnosuelos' que permitan obtener terrenos más fértiles a partir del aprovechamiento de residuos sin uso como los lodos de depuradora y los restos de papel y cartón sucios, el Ayuntamiento prevé presentar a lo largo de esta semana el plan de obras para la implantación de estas medidas, con la intención de sacar a contratación los trabajos en un plazo de quince días. Y dos de los elementos más significativos que se incluirán en esos pliegos serán la instalación de depósitos subterráneos y la creación de jardines de lluvia, en ambos casos con la intención de reducir el agua que acaba en las redes de saneamiento y aprovechar parte de ella para otros usos.
La previsión es construir en todo el ámbito de actuación de 'Gijón Ecoresiliente' una docena de depósitos con capacidad para almacenar 300 metros cúbicos de agua, lo que supondrá que cada uno de ellos deberá poder contener hasta 25 metros cúbicos o, lo que es lo mismo, 25.000 litros de agua. Estos depósitos, para cuya construcción se prevé un coste de 300.000 euros, estarán rodeados por un sistema de celdas de drenaje «que incrementará las posibilidades de infiltración en el terreno» y el objetivo es que con ellos se reduzca en un 95% la superficie inundada en las tres zonas de intervención. Para ello, se ubicarán «en los puntos de máxima escorrentía de aguas pluviales», en lugares como el parque del Lauredal, los jardines de Lázaro Cárdenas, la plaza Ciudad de La Habana, el parque de Moreda, el parque fluvial -en la zona colindante con Gloria Fuertes- y una zona verde ubicada tras el colegio Montedeva.
Cuatro millones de litros
El Ayuntamiento aspira a poder reutilizar cada año para el riego de las zonas verdes de su entorno 4.000 metros cúbicos -cuatro millones de litros- del agua recogida en estos depósitos, para cuyo vaciado se utilizará un sistema de bombeo alimentado por energía solar. Que este agua no acabe en la red de saneamiento, además, reducirá un 7%, según las estimaciones de los técnicos, el consumo energético de las depuradoras.
Los jardines de lluvia, el otro elemento destacado, son «depresiones ajardinadas» de poca profundidad que permiten recoger el agua de precipitación que fluye por las calles, retenerla y dejar que se vaya infiltrando poco a poco en el terreno, evitando de este modo la escorrentía «y el colapso del alcantarillado». A esta actuación se destinarán 228.000 euros, con los que se pretenden crear 2.500 metros cuadrados de jardines «en ubicaciones estratégicas» de las cuencas urbanas de la calle Brasil -incluidos ejes como la calle Oriental y la avenida de la Argentina-, del río Pilón -habrá en la avenida de José Manuel Palacio Álvarez y en el entorno de la piscina de Moreda- y del canal del Molín -en la calle Daniel Palacio-.
Estos jardines de lluvia contendrán «plantas nativas adecuadas al terreno» y en su entorno se prevé instalar «compostadores comunitarios de pequeño tamaño» y crear «santuarios de biodiversidad» -el proyecto original, que permitió la obtención de fondos europeos, señalaba que en la madera de los árboles se colgarán nidos artificiales, se tendrá en cuenta la inclusión de plantas polinizadoras y se dispondrán pequeñas charcas de anfibios-.
De un catálogo de flora silvestre a grabaciones de murciélagos
Junto a las obras que el Ayuntamiento prevé licitar en los próximos días, Gijón Ecoresiliente incluye diversas acciones encaminadas a tener un mayor conocimiento de la biodiversidad urbana. Entre ellas destaca la puesta en marcha de un estudio para tratar de conocer la abundancia y diversidad de murciélagos en las calles de la ciudad, al ser considerados «uno de los mejores bioindicadores de calidad del hábitat». Se ha hecho instalando grabadoras de ultrasonidos en árboles de gran porte. También hay abierta una aplicación para que la ciudadanía suba fotos de la flora silvestre del concejo, para disponer de un amplio catálogo de la misma. Ya hay imágenes de 393 especies.