«Me voy con la satisfacción de dejar el Santa Olaya con el rumbo bien fijado»
«La crisis energética me quitó el sueño. Llegamos a pagar en un mes cerca de 50.000 euros de luz. Sufrimos para sacar el club adelante»
José Enrique Plaza (Gijón, 1966) cerrará en febrero su etapa de cuatro años como presidente del Santa Olaya. Se va porque «ya hemos ... cumplido con nuestra misión y con todo lo que prometimos».
–¿Qué nota le pondría a sus cuatro años al frente del club?
–Pienso que la nota debería ponerla el socio. En todo caso, hay dos indicadores de los que estamos especialmente orgullosos: el primero es haber ejecutado nuestro programa, y el segundo es que cada vez que rendimos cuentas a los socios nuestra gestión fue siempre aprobada por unanimidad. Esto último indica que hemos sabido conectar con la masa social.
–Pandemia, crisis energética, proyecto de ampliación, venta de parcela y contrato de arrendamiento con el Puerto. Todo en cuatro años. ¿Cree que pasa a la historia como uno de los presidentes más relevantes de la entidad?
–No cabe duda que son logros muy importantes para el club, y en este punto no puedo no acordarme ni del resto de miembros de mi junta ni de los socios. Soy un presidente que vine a hacer club, y así lo he hecho. Es innegable que nos han salido bien las cosas. Me voy con la satisfacción de dejar al club con el rumbo bien fijado.
–¿Y por qué se va?
–Porque no le tengo apego al cargo. Es más, si le soy sincero, si estoy aquí sentado es porque un grupo de socios me animó a dar el paso. Ya sabe como son las presiones en estas entidades. Dije que si daba el paso venía por cuatro años, y soy un hombre de palabra. La única opción de haber continuado es que nos quedara algún bloque del programa por ejecutar pero no es el caso. La misión está cumplida.
–¿Temió por la viabilidad el club?
–(Resopla) Sufrimos mucho. La pandemia nos colocó en una situación muy compleja, pero creo que lo más grave fue la crisis energética. Mis grandes noches sin dormir fueron en ese periodo; cuadriplicamos nuestra factura energética. Llegamos a pagar cerca de 50.000 euros de luz en solo un mes.
–¿Cuáles serán los siguientes pasos firmes en el proyecto de ampliación del club?
–La semana que viene nos entragarán ya el proyecto base. Llevamos varios meses para perfilar el punto de partida que nos marcó la comisión – 'The Bubble Box. Bubo'–. Dejaremos el proyecto base y además, algo básico, un plan de financiación. Queremos dejar marcado el camino de cómo pagar la ampliación.
–En febrero rendirá cuentas ante los socios. ¿Cómo deja el club?
–Habíamos presentado una propuesta de superávit de 136.000 euros y cerramos el año superándolo. Respecto al club que cogimos, probablemente triplicaremos la tesorería. Dejamos el Santa Olaya con una base potente y sólida.
–¿Han parado la caída de socios?
–Ha sido un año especialmente feliz también en la estabilización de la masa social. Este club tuvo un techo social de 16.000 socios y ahora estamos en 14.500. Tratar de alcanzar ese techo social no sería descabellado, de hecho le diría que es hasta necesario.
–Gonzalo Méndez llega a la presidencia sin elecciones. ¿Hubiese preferido unas elecciones?
–A Gonzalo, por lo menos por estos últimos cuatro años, este club le debe mucho. Pero nunca me he escondido para decir que me hubiera gustado una votación. Un proceso interno siempre es sano para una entidad tan grande.
–Por primera vez en la historia la primera convocatoria quedó desierta. ¿Aguantó muchas presiones?
–Muchas, muchas. Pero yo creo que en la gestión de un club, y en cualquier orden de la vida, cuando te manifiestas en un sentido hay que cumplir con el mandato.
–En cuatro años ha convivido con PSOE-IU y ahora con Foro-PP. ¿Ha sentido considerado al Santa Olaya?
–Sin duda. Una de las exigencias que puse sobre la mesa a la junta es que el club tiene que ser apolítico. Nos dedicamos a nuestros socios, y por lo tanto nuestra obligación es tener excelentes relaciones con los equipos de gobierno. Ana González fue una gran valedora del acuerdo con el Puerto, y ahora con Carmen Moriyón tenemos una excelente relación.
–Lo que no cesan son los problemas de contaminación de la zona oeste. ¿En qué lo nota el club?
–Tenemos que baldear las pistas exteriores regularmente por la acumulación de minerales y polvo en suspensión. Debería existir una voluntad política para terminar con este problema. Y sobre todo, los agentes contaminantes deberían implicarse más.
–A quien ejerce un cargo de tanta responsabilidad y no remunerado se le supone inquietud y arraigo comunitario. ¿Qué va a ser ahora de Enrique Plaza?
–Ahora mi maxima ilusión es poder venir a nadar dos veces a la semana. Por lo demás, recuperar aficiones y continuar trabajando, como venía haciendo hasta ahora, como funcionario de carrera en la Dirección General de Pesca del Principado.
–¿Le han tentado para dar el salto a la política?
–No tengo vocación política. No me desagrada la gestión, vivo de ello, pero no me gusta la política. No me gusta estar en el foco.
–¿Y por qué cree que su nombre resuena en algunos círculos políticos de la ciudad?
–Y dale (se rie). Cuando me lo dijeron por primera vez me quedé perplejo. Y hoy me quedó igual.
–¿Está afiliado a algún partido político?
–No es mi intención meterme en política.
–¿Pero está afiliado a algún partido de la ciudad?
–La religión y las creencias políticas son cuestiones personales, y soy muy celoso de mi vida privada.
–Como gijonés comprometido. ¿Qué le preocupa en la ciudad?
–Daría para mucho esta respuesta. Pero mire, me preocupa el problema serio que estamos teniendo los que nos movemos en coche para encontrar aparcamiento. Y luego, el problema de acceso a la vivienda es realmente preocupante.
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