Un equipo de la EPI de Gijón, cuarto en una competición mundial de coches autónomos
58 equipos de todo el mundo participaron en la tercera edición del RoboRacer Autonomous Racing Competition, una competición virtual con coches y entornos simulados
Un meritorio cuarto puesto. Cuartos de 58 equipos de todo el mundo. Lucía Sánchez, David Miranda y Miguel Santamaría, estudiantes del máster de Ingeniería Industrial, en la especialidad de Robótica, de la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) de Gijón acaban de sellar una más que loable participación en la tercera edición del RoboRacer Autonomous Racing 2025. Se trata de una competición internacional de coches autónomos a escala 1/10 que se celebró durante la IEEE International Conference on Robotics and Automation 2025 (ICRA), en Atlanta, Estados Unidos. Era la segunda participación de este equipo, que se presentó en representación de la Universidad de Oviedo.
En la prueba de clasificación, el equipo de la universidad asturiana logó la novena posición, lo que les permitió acceder a la carrera final, celebrada este lunes.
La RoboRacer Autonomous Racing es una competición virtual (se lleva a cabo en formato online) con coches y entornos simulados, a la que pueden acceder equipos de todo el mundo. Para la competición ICRA 2025, cada grupo recibió una configuración de simulación estandarizada (en forma de un gemelo digital del vehículo RoboRacer y un circuito) dentro del simulador AutoDRIVE de alta fidelidad. Además, los equipos también obtuvieron una implementación funcional de AutoDRIVE Devkit para comenzar a desarrollar sus algoritmos de autonomía. Los equipos tuvieron que desarrollar algoritmos de percepción, planificación y control para analizar los datos de los sensores en tiempo real transmitidos desde el simulador y generar comandos de control que se enviaron al vehículo simulado.
La competición se desarrolló en dos etapas. La primera fue una carrera de clasificación en la que los equipos tenían que demostrar su capacidad para completar múltiples vueltas alrededor de la pista de práctica sin chocar con los límites de la pista durante el tiempo de ejecución. La segunda, una carrera contrarreloj en la que los participantes debían competir en una pista nunca antes vista para asegurar una posición en la clasificación. Dado que el vehículo, los sensores, el simulador y el kit de desarrollo están estandarizados, los equipos debían diseñar algoritmos de carrera sólidos para afrontar las incertidumbres de una pista de carreras invisible.
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