Fallece Cándido Viñas, el cura obrero que se volcó con el barrio de Tremañes
Los vecinos destacan del párroco, colaborador de EL COMERCIO, su implicación: «Él se va pero lo que hizo, queda»
CLARA G. SANTOS
GIJÓN.
Sábado, 6 de agosto 2022, 03:50
«Sencillo y cercano. Llano y entrañable. Con la humildad de quien no codicia para sí los bienes de este mundo». Así recordaba Jesús Ángel Fernández, actual párroco de Tremañes, a Cándido Viñas. El que fuera padre espiritual del barrio durante más de treinta años falleció ayer, a los 88 años, en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
La noticia de su muerte ensombreció los semblantes de compañeros y vecinos que siempre vieron en él un «ejemplo vivo de la obra cristiana». Y es que Cándido Viñas era un hombre de liturgia, pero aún más de acción. Durante años se involucró en la vida del barrio y no dudó en alzar la voz por mejorar las condiciones de los vecinos de Tremañes. «Era uno más», cuenta Carmen Fernández, presidenta de la asociación Evaristo Valle, con la voz empañada de tristeza. Prueba del enorme cariño que le profesaban los fieles es el parque de Tremañes que desde 2013 lleva su nombre.
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Un gran rayo de luz
Ordenado jesuita en 1953, Viñas estudió Magisterio en Filosofía y dio clases, entre otros sitios, en la Universidad Laboral. Pasó un año en Roma y también por La Felguera. Antes de dar misa, trabajó en Industria Laviada, el dique de Duro Felguera y de basurero en Limpiezas El Sol. «A Cándido no se le caían los anillos por trabajar. Lo mismo iba con los vecinos a buscar un médico más que a protestar para conseguir una parada de autobús», cuenta Fermín Entrialgo, vicepresidente de la asociación de vecinos de Tremañes.
Antes de dar misa en Tremañes trabajó en Industria Laviada, en Duro Felguera y como basurero en Limpiezas Sol
Cuando en 1973 el jesuita se estrenó en la parroquia gijonesa, en Tremañes todavía había chabolas y la precariedad reinaba en cada esquina. Con el tiempo, y gracias a la presión ejercida por las asociaciones vecinales, las calles del distrito oeste irían llenándose de centro de salud, colegio, de zonas verdes. Cándido Viñas formó parte del gran cambio que operó en el barrio y eso es algo que los vecinos nunca olvidarán. «Él se va, pero todo lo que hizo se queda», afirma Entrialgo.
El párroco fue también colaborador habitual de EL COMERCIO y en sus artículos desgranó las deficiencias que iba encontrando por las calles de ese Tremañes que acabó siendo su hogar y su lugar en el mundo.
El funeral de Cándido Viñas se celebrará hoy en Villagarcía de Campos, la localidad vallisoletana en la que nació y donde residía desde el año 2018 junto a otros compañeros jesuitas también retirados.
