La falta de locales de acogida obliga a atender a los sin techo en plena calle durante la ola de frío
Cruz Roja refuerza su presencia con el reparto de mantas y alimentos calientes ante las restricciones de aforo del Albergue Covadonga
MARIO ÁLVAREZ
GIJÓN.
Jueves, 7 de enero 2021, 01:06
«Damos una respuesta básica a personas que sufren un frío inhumano». Con este objetivo, voluntarios de Cruz Roja acuden cada noche a los distintos ... puntos de la ciudad donde tratan de dormir algunos de los sin techo que tiene contabilizados la entidad. «Les cubrimos el cuerpo con mantas y les aportamos alimentos y bebidas calientes con el fin de que el sufrimiento sea menor», señala Jorge Fernández, coordinador del proyecto 'Ola de Frío'. «En el momento en que las temperaturas descienden de los 5 grados, el Ayuntamiento activa el plan de alerta con el que se pone en funcionamiento el protocolo diseñado», precisa el miembro de Cruz Roja, quien agradece el apoyo municipal y de las fuerzas de seguridad que participan en la entrega de materiales para que las personas vulnerables entren en calor.
Algo «más necesario que nunca» para Cruz Roja, que ha constatado un aumento de los sin techo en la ciudad. En concreto, casi ha doblado su cobertura al atender a veinte personas cada noche, lo que supone siete más que el año anterior en la misma fecha. Aunque no descartan que la destrucción de empleo como consecuencia de la pandemia haya podido motivar este repunte, los colectivos sociales coinciden en señalar que las restricciones de aforo del Albergue Covadonga son la razón principal de este incremento: «Proporciona oxígeno a quien peor lo está pasando. Las limitaciones que les han impuesto resultan entendibles desde el punto de vista sanitario, pero adquieren tintes trágicos para quien cada noche se enfrenta a las temperaturas gélidas y a la soledad», lamenta el director de Mar de Niebla, Héctor Colunga, quien pide que se intensifiquen los esfuerzos para proporcionar una solución a la gente desabastecida. «Nuestra ciudad es un ejemplo de cooperación con personas vulnerables. La principal amenaza radica en un hipotético conformismo», advierte Colunga.
Sin ánimo de polemizar, la directora de programas del Albergue, Julia Castro, precisa que limitar el aforo al 65% supone que mucha gente se quede sin poder ser atendida. «Desde que se decretó el primer estado de alarma, siempre hemos alcanzado la máxima ocupación permitida», anota, preocupada por el hecho de que haya personas que ante la falta de locales de acogida deban sufrir el intenso frío que acompaña cada noche.
Unas temperaturas que, en comparación con años recientes, Jorge Fernández califica como inusuales: «'Ola de Frío' adquiere su mayor protagonismo los últimos días de enero y los primeros de febrero. A tenor de nuestra experiencia, podemos afirmar que resultan anómalas las temperaturas inferiores a los 5 grados durante varios días consecutivos en esta época».
En cualquier caso, resalta que la principal virtud de su organización radica en la posibilidad de articular una respuesta inmediata a una situación de emergencia, «como el frío al que se someten los sin techo» que, informa, no responden a un perfil concreto. «Las circunstancias por las que alguien se queda sin vivienda pueden ser múltiples», reflexiona Jorge Fernández, quien insite en la idea de que «aunque la gente lo observe como una circunstancia ajena, perder la vivienda resulta más común de lo que la gente se plantea».
De hecho, reconoció que aunque suelen ayudar a que veinte sin techo combatan el frío cada noche, «son más las personas que precisarían de la ayuda de los voluntarios». Sin embargo, algunos de ellos, explicó Cruz Roja, «han sufrido un daño moral enorme a lo largo de su vida y reaccionan con miedo a cualquiera que se acerque, aunque sea para aliviar su situación».
Unos estigmas que el director de Mar de Niebla, Héctor Colunga, comprende: «Ayudarles las noches de frío resulta fundamental, pero se trata de una medida de urgencia. Nosotros pretendemos estar ahí siempre y transmitirles calor humano», explica al mismo tiempo que describe su principal herramienta: «El diálogo. Si no quieren hablar en ese momento, no les forzamos. Nuestra disposición siempre es la misma. Estamos dispuestos a escuchar sus problremas y tratar de comprenderles para que, al menos, el dolor tan fuerte que sienten sea un poco menor».
Para Mar de Niebla, el objetivo principal es que todas las personas puedan disponer de una vivienda, «el mejor antídoto contra el frío». Además, su director coincide con el resto de colectivos sociales en que «el contexto actual de pandemia incrementa la vulnerabilidad de los sin techo».
Este es el motivo por el que Cruz Roja proporciona mascarillas quirúrgicas junto a las mantas y los alimentos y bebidas calientes. «Resulta cruel pedir a la población que se autoconfine mientras hay gente que no tiene un lugar cubierto en el que dormir», apunta la entidad, que mantiene su labor social durante el toque de queda. «Por fortuna, el Ayuntamiento proporciona muchas facilidades para que podamos contribuir a reducir el malestar de quienes peor lo pasan en estos días de invierno», celebra Jorge Fernández.
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