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La polémica en torno a la gestión del lobo en Asturias y la alarma social que han causado los últimos ataques a reses y corzos reportados por ganaderos en la zona rural de Gijón ... han llevado al Fondo de Protección de los Animales Salvajes (Fapas) a iniciar un seguimiento de la situación y comprobar si, efectivamente, hay presencia del cánido en los entornos donde se han producido los daños. Vinculada al proyecto nacional de censo del lobo ibérico que dirige la Universidad de Alcalá, es «la única iniciativa privada que no depende de ninguna administración», señala Roberto Hartasánchez, socio fundador y director honorario del Fapas.
Junto al biólogo Lucas Alonso, también del Fapas, están aplicando una metodología científica que requiere mucha experiencia en la identificación de ejemplares y que permite obtener una información «bastante exacta». «Lo más fiable es el fototrampeo (cámaras que se activan automáticamente cuando un animal pasa por su campo de detección) y la geolocalización para saber cómo se mueven», explica Hartasánchez. Cada 15 días revisan seis cámaras de fototrampeo repartidas por diferentes puntos de la zona rural de Gijón y muestrean las pistas forestales y caminos por los que podrían transitar los lobos.
Sistema Cada 15 días revisan seis cámaras de fototrampeo y buscan muestras de marcaje en pistas forestales, lindes y cruces.
Duración De octubre de 2024 a junio de 2025. Si en ocho meses no se encuentran indicios, se concluye que no hay lobo.
Muestras Huellas, excrementos o pelos enganchados en alambres de espino. Hasta ahora no se ha encontrado nada.
«Es lo que ellos utilizan para desplazarse; aunque den más vuelta, gastan menos energía que yendo campo a través y son los sitios que más marcan, que es lo que a nosotros nos da la información», comenta Alonso. Rastrean las pistas, las lindes y los cruces –porque los marcan para saber qué caminos tienen que coger– en busca de huellas, pelos o excrementos, pero «hasta ahora no hemos visto nada que indique presencia de lobo», afirman.
Empezaron en octubre del año pasado y seguirán hasta junio, cuando extraerán los primeros resultados. «Si al cabo de ocho meses no encontramos ningún indicio, tenemos una enorme seguridad de que aquí no hay lobo y habrá que evaluar quién está causando esos daños», indica Hartasánchez. No obstante, si se encontrasen atisbos, eso tampoco querría decir que haya una presencia continuada. «Igual en octubre entraron unos cachorros jóvenes a olfatear y conocer la zona y quizá no vuelven a entrar hasta la primavera», apunta Alonso.
Lo que sí han encontrado son perros domésticos que están cazando de noche. «Es muy típico ver a un perro grande y un perro pequeño que se mueven como lobos, desplazándose hasta 30 kilómetros tranquilamente y prospectando todo el territorio». De hecho, consideran que el ataque a los terneros que aparecieron muertos en septiembre en la Cabaña del Marqués, en Caldones, «es presumiblemente de perros».
En los trabajos de seguimiento y control del lobo se debe tener en cuenta que «menos lobos no implica menos daños» y que eliminar ejemplares puede generar más problemas de los que trata de solucionar. Las manadas suelen tener, de media, en torno a cuatro miembros: la pareja reproductora, un subadulto del año anterior y un cachorro. «Ese grupo puede estar causando daños para cubrir un 20% de su dieta alimenticia. Sin embargo, si eliminan a uno o dos lobos, los supervivientes pierden una capacidad de caza que ya no van a poder desarrollar con especies como el jabalí, que son salvajes y difíciles de cazar», señala Hartasánchez. Es entonces cuando el grupo «tiene que buscar presas de menor dificultad de captura y elige ganado doméstico».
Otro factor clave es que solo la hembra matriarca se reproduce. Sus hormonas inhiben al resto de entrar en celo. Pero si se mata a esa hembra, las demás entran en celo inmediatamente y tienen varias camadas. «Como es muy difícil alimentarlas, se crea una segunda manada con una hembra joven y un macho subadulto que sobreviven metiéndose en los pueblos porque no tienen capacidad de caza», remarca.
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