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El funeral por la fotógrafa Purificación Citoula se celebró en el Tanatorio de Cabueñes.

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El funeral por la fotógrafa Purificación Citoula se celebró en el Tanatorio de Cabueñes. Román

Adiós a Purificación Citoula: «Tenía un carácter electrizante que llenaba todo y una risa incapaz de pasar desapercibida»

Amigos y familiares dieron el último adiós a Purificación Citoula, quien fue fotógrafa de EL COMERCIO durante más de treinta años

Lunes, 29 de septiembre 2025, 22:39

Familiares, compañeros, amigos y miembros de profesión llenaron este lunes la capilla del Tanatorio de Cabueñes para dar el último adiós a la fotógrafa Purificación Citoula, 'Puri', que falleció este domingo a los 68 años tras no superar un accidente vascular. Puri trabajó durante más de tres décadas para EL COMERCIO.

«Era una fotoperiodista de raza», subrayó el director de este decano, Ángel M. González. «Fue la primera mujer en plantilla de un medio de comunicación asturiano dedicada a la profesión y pionera como redactora gráfica», recordó. De Puri, destacó el director su mirada, esa que llegaba donde otros no podían. «Era una compañera que te daba tranquilidad cuando acudías con ella a una cobertura informativa. Por la entrega que desplegaba en la tarea y su capacidad para ver los hechos a través de la cámara, que muchas veces tú no veías».

Desde veteranos a becarios, Puri siempre ayudó a sus compañeros, sobre todo a los principiantes: «Te facilitaba mucho las cosas. Desde ofrecerse a llevarte en coche a los reportajes o indicarte quién era todo el mundo a parar a gente por la calle para hacer opiniones», recordaron los redactores de este periódico. Capaz también de cubrir con sumo cuidado los sucesos, respetar el dolor del otro, ponerse en su lugar y conseguir un trabajo bien hecho.

Destacó González su «marcada personalidad», pues cuando Puri llegaba a la redacción, los trabajadores se daban cuenta sin siquiera haberla visto. Su voz traspasaba las paredes haciéndose saber que había llegado, siempre con una anécdota o historia por contar.

Puri comenzó con tan solo diecisiete años en el fotoperiodismo. Lo hizo en su Galicia natal, concretamente en Dodro (A Coruña) donde nació y adonde con frecuencia volvía. En el año 1984, se incorporó a este decano, con Francisco Carantoña como director, con quien compartía origen y militancia gallega. Ocupó un lugar en la redacción de este diario hasta 2018, cuando se jubiló. Aquí trabajó con su inseparable marido, Serafín Sanjurjo, jefe de rotativa. Este, junto a su hija María y sus dos nietas, Elisa y Elena, eran su alegría día sí y día también.

Fue una fotoperiodista en un mundo de hombres que supo hacerse el hueco que le correspondía como profesional «y no importaba si el sujeto era ministro, sindicalista, concejal o maleante, que su inconfundible acento coruñés ponía a todos firmes», recordó el fotógrafo de la Asociación de Fotoperiodistas de Asturias, Marcos León. «A pesar de la mala hostia que tenía, también poseía unas ganas de vivir y una alegría que eran contagiosas», destacó León.

«Un torbellino». Así la definió Eva Montes, antigua redactora de EL COMERCIO. «Era todo energía. Un pequeño caos porque lo hacía todo con mucha intensidad. Pero, eso sí, tenía un ojo para la cámara... estaba enamorada de ella y viceversa», señaló. Su carácter «muy fuerte», al igual «que su corazón», porque «si se enfadaba y explotaba rápido, la calma llegaba igual de deprisa». Ese mismo carácter electrizante «lo llenaba todo» porque su risa «era incapaz de pasar desapercibida».

Al igual que su defensa a los trabajadores. «En las manifestaciones ella siempre estaba para hacer la mejor foto, pero cuando había una actitud agresiva de la policía ella siempre salía en defensa», recordó Cándido González, antiguo secretario general de la CSI.

La emoción se hizo palpable durante la celebración de la palabra en la que algunos de sus allegados no pudieron contener las lágrimas. En el funeral también se dejó ver la antigua secretaria de alcaldía, Dolores Llanes 'Marichu'; Isidro Martínez Oblanca, ex diputado de Foro Asturias, y Luis Pascual, presidente del Ateneo Obrero de Gijón.

Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, expresó su pésame a través de sus redes sociales: «Su firma fue una referencia para generaciones de profesionales», dejó escrito. También lamentaron su pérdida el Sporting de Gijón y la Fundación Alvargonzález.

Una magnífica profesional que deja una huella imborrable en EL COMERCIO y en el fotoperiodismo asturiano. Ahí queda, en la hemeroteca y en el archivo del periódico, su aportación para la historia gráfica de la prensa asturiana.

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