Los coches pierden otro carril a favor de las bicis para ampliar la zona peatonal del Muro

Los peatones ganarán a lo largo de este mes más espacio en el Muro. Y volverán a hacerlo a costa de los coches, que también perderán otras tres calles del centro (Covadonga, Ruiz Gómez y Caridad) y el tramo de Mariano Pola más próximo a la playa de Poniente. Los concejales Aurelio Martín (Medio Ambiente y Movilidad) y Olmo Ron (Obras Públicas) presentaron ayer nuevas medidas de la denominada «movilidad táctica», que a través de elementos simples como bolardos, barreras o simplemente señales permite adoptar cambios en el tráfico de forma rápida, barata y reversible, si bien advirtieron de que algunas de las que se pongan en práctica podrían tener vocación de permanencia.

En el Muro, todo el espacio situado entre la playa y la mediana quedará reservado para uso peatonal. Y eso incluye tanto la parte de la calzada que ya lleva cerrada a los coches desde principios de mayo como el carril bici, que hace un mes fue ensanchado unos centímetros para que los ciclistas pudieran moverse por él con más holgura. Según explicó Aurelio Martín, pese a las marcas viales que delimitan el espacio de cada uno, la convivencia en la zona entre paseantes, corredores, bicicletas y patinetes no ha estado exenta de conflictos, algo que el edil teme que pueda ir a más cuando con la llegada del verano aumente el uso de estos vehículos. La solución será trasladar el carril bici al otro lado de la mediana, suprimiendo para ello uno de los dos carriles que existen ahí para el tráfico motorizado.

Los coches que circulen desde el Náutico hacia la glorieta del Piles, por tanto, tendrán un único carril de circulación, adyacente al nuevo trazado ciclista. Se conservarán, no obstante, todas las plazas de aparcamiento existentes. Los peatones, por su parte, disfrutarán en exclusiva de un paseo ampliado que desde la barandilla del Muro hasta la mediana sumará 25 metros de anchura. Además, «para hacer una zona homogénea» el pavimento de esta parte de la calzada se dotará de pintura antideslizante y a lo largo de todo el tramo, de más de un kilómetro de longitud, colocarán bancos y papeleras.

Otra de las medidas anunciadas ayer es la creación de un «corredor peatonal» que permita «un tránsito seguro desde el paseo de Begoña hasta el Muro». Según explicó Olmo Ron, se cerrarán al tráfico motorizado las calles Covadonga, Ruiz Gómez y Caridad -salvo a vehículos de carga y descarga en el horario autorizado y a los garajes de la zona-, para crear de este modo un itinerario que lleve desde los Campinos hasta la escalera 8, pasando por la Plazuela. Para compensar la pérdida de aparcamientos en Ruiz Gómez y Caridad, se crearán nuevas plazas en Eladio Carreño y Marqués de Casa Valdés.

También con soluciones provisionales -que si dan buen resultado podrían convertirse en definitivas a través de las obras correspondientes- se ensancharán las aceras de San Bernardo entre la avenida de la Costa y la calle Covadonga y las de Munuza. Según Aurelio Martín, las de esta última «son un ejemplo de lo que no debe ser, porque no puede pasar por ellas ni una silla de ruedas». La intención es duplicar su tamaño y suprimir un carril de la calzada aprovechando la disminución del tráfico por el cierre parcial del Muro.

En Poniente los cambios afectarán a la calle Mariano Pola. El tramo que va desde los antiguos juzgados de Poniente hasta la plaza del Padre Máximo González será de uso preferentemente peatonal y ciclista. El tránsito de coches quedará restringido a la entrada y salida de los garajes, a los que se accederá desde Juan Carlos I, pues se va a cambiar el sentido de la circulación. Las plazas de aparcamiento en superficie desaparecerán y los peatones tendrán preferencia en toda la calle salvo en un nuevo carril bici segregado que se prolongará en línea recta desde la zona del parking hasta la dársena de Naval Gijón.

La entrada en servicio de este trazado ciclista conllevará la supresión del que bordea los edificios 'barco' en la explanada de Poniente, zona por la que solo se podrá ir a pie.

La previsión municipal es que todas estas medidas entren en funcionamiento «en una o dos semanas». Las que conlleven tareas de pintado serán las que más se podrán retrasar, «igual hasta finales de junio».

Por el momento, se prolongarán hasta el 30 de septiembre y será ya en octubre, una vez incorporados elementos como los desplazamientos escolares, cuando se evalúe si se mantienen más tiempo o no.