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La decisión del Servicio de Salud del Principado (Sespa) de recurrir a la movilidad forzosa para cubrir con personal del Hospital Universitario de ... Cabueñes la falta de cirujanos en los hospitales de Jarrio y Arriondas se ha encontrado con la contundente oposición de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona urbana de Gijón. Se suma la FAV al malestar que ha cundido dentro del propio servicio de Cirugía General y Digestiva de Cabueñes después de que el Sespa les trasladara la orden de cubrir diez guardias, cinco en el Hospital del Oriente (Arriondas) y otras cinco en el de Jarrio, en el occidente, ante la falta de profesionales disponibles en ambos centros. La decisión también afecta a cirujanos de otras áreas sanitarias, pero el número de guardias que asumen por ejemplo los profesionales del Hospital Universitario Central de Asturias y del San Agustín es inferior: cuatro en Arriondas, en el caso de los del HUCA, y siete en Jarrio, en el de los del hospital avilesino.
Desde la federación vecinal de Gijón se insta al Sespa a «reflexionar» sobre un reparto de las guardias «que en absoluto es equitativo» y que, advierten, tendrá consecuencias para el Área Sanitaria V. El presidente de la FAV, Manuel Cañete, y la vocal de Salud en la federación, Ana Osorio, advierten de que tendrá consecuencias «graves» para Gijón porque «va a implicar el retraso de operaciones quirúrgicas y que aumenten unas listas de espera que siguen siendo preocupantes».
El sentir de los representantes vecinales es que este es un «agravio» añadido para el Área V y Gijón, ciudad que, recuerdan, «cuenta con la mayor población de Asturias». «El problema es que llueve sobre mojado», se lamenta Manuel Cañete haciendo referencia a «la necesidad imperiosa» de rebajas las listas de espera y, sobre todo, a los retrasos que acumulará el proyecto de ampliación y reforma del Hospital de Cabueñes, cuya primera fase debería concluir en mayo y que ahora está en suspenso al resolver la Consejería de Salud el contrato con la UTE encargada de las obras. «Parece que nos ha mirado un tuerto», añade el presidente de la FAV.
La cuestión es que la decisión del Sespa de ampliar el número de guardias que han de cubrir los cirujanos de Cabueñes en los hospitales de las alas ha soliviantado al personal del Área V. La consideran desproporcionada e injusta. De ahí que hayan optado por no operar más en horario de tarde, una actividad que realizaban de forma voluntaria y que había contribuido de manera notoria a reducir la lista de espera en los últimos meses.
Al no disponer de suficientes cirujanos, el servicio de Cirugía General de Cabueñes no podrá continuar con el actual ritmo de trabajo: hasta 26 operaciones semanales en horario ordinario (de 8 a 15 horas) y unas doce vespertinas. Sus cálculos es que, solo en este mes de marzo, tendrán que dejar de realizar al menos ochenta operaciones y de atender más de cien consultas. En cuanto a las intervenciones, las que se están aplazando son operaciones menores, (en ningún caso se ven afectados pacientes con tumores) pero que pueden llevar en lista de espera cerca del año. Según los últimos datos de la Consejería de Salud, a finales de enero había 1.388 pacientes a la espera de una intervención del servicio de Cirugía General y Digestiva de Cabueñes.
Desde el Sindicato de Médicos del Principado, el Simpa, su presidente considera que el problema de base en esta situación es la escasez de profesionales y que la situación actual, con el traslado forzoso de cirujanos de Cabueñes a Jarrio y Arriondas, es su «consecuencia directa e inevitable». José Antonio Vidal dice entender el malestar de los profesionales del hospital gijonés, como también entiende que la población de las alas «son ciudadanos con los mismos derechos» a recibir atención especializada. A su juicio, «si desde el Sespa quieren arreglar esto lo que tienen que hacer es poner en marcha los puestos de difícil cobertura, definiéndolos e incentivándolos adecuadamente para cubrir esos puestos» si no, advierte, la asistencia sanitaria tendrá que seguir atendiéndose con «la misma manta pequeña, con la que, si tapas la cabeza, destapas los pies». O dicho de otro modo, «aumentas la lista de espera de Gijón para reducir la de Jarrio».
Al respecto, el Sespa defiende que las movilidades forzosas se deciden «tras un análisis continuo, minucioso y objetivo de la situación real de cada centro», persiguen «dar una atención de equidad al conjunto de la población asturiana» y son «una medida extraordinaria que se van limitando a medida que se produce el aumento de efectivos». En este sentido, apunta que se está trabajando en la incorporación de más profesionales «para mejorar la dotación de las plantillas en el conjunto de la red».
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