Una historia del Puerto de Gijón a través de su patrimonio arquitectónico
Visita al Muelle y a El Musel. El geógrafo y experto en urbanismo David Alonso guía a un centenar de gijoneses por la importante relación entre el puerto y la ciudad
Están de plena actualidad las relaciones puerto-ciudad por cuestiones bien distintas, pero si algo dejó claro este viernes, durante la visita guiada que el geógrafo y experto en urbanismo David Alonso lideró entre el histórico Muelle reconvertido en el actual Puerto Deportivo y El Musel fue que estas relaciones y las distintas tensiones generadas entre los diferentes actores portuarios y ciudadanos marcan la historia del desarrollo de esta infraestructura en Gijón.
El primer ejemplo que compartió Alonso con el centenar de gijoneses que participaron este viernes en esta actividad, incluida en las rutas urbanas de LABoral Centro de Arte en colaboración con la Autoridad Portuaria, fue la necesidad de construir un nuevo puerto al abrigo del cabo Torres, que generó sonadas polémicas a finales del siglo XIX.
Para ello, Alonso pidió al público que viajara mentalmente, desde el pequeño dique frente al actual restaurante Auga, a aquel puerto local de 1871, en el que señaló las características de algunos edificios que se mantienen de la época, «con un muelle muy pequeño, recién hecho su ensanche por el industrial Anselmo Cifuentes». Para entrar en situación, explicó cómo llegaba el carbón en tren y dónde estaba la zona de descarga, con los problemas de calado que limitaban la actividad y repercutían en las tarifas, así como los primeros estudios de Salustio González que señalaba la ensenada de El Musel como lugar idóneo para la construcción de un puerto de abrigo y refugio de referencia para el Cantábrico.



«Y fue en 1890 cuando se monta un lío muy gijonés», advirtió David Alonso, en referencia al histórico choque entre 'muselistas' y 'apagadoristas', que acaba con victoria de los primeros y la construcción en 1890 del nuevo puerto en El Musel, siguiente destino de los participantes en la visita.
Con la primera parada en la edificación más moderna, que es el edificio de servicios de la Autoridad Portuaria, Premio Asturias de Arquitectura 2006, y a la sombra de la abandonada torre de control de El Musel, inaugurada en 1993 y que Alonso, tras destacar que con sus 62,5 metros de altura es el segundo edificio más alto de Gijón, tras el edificio Bankunión, la puso como ejemplo «del decálogo de los años 90, con el drama de que costó 400 millones de pesetas».
Patrimonio industrial
Tras el itinerario por lo más moderno, la visita recorrió algunos de los elementos más destacados del patrimonio industrial de El Musel, entre lo que destaca la antigua Central Eléctrica, convertida desde 2004 en un moderno centro de recepción de visitantes que, respetando la arquitectura original del edificio construido en 1892 de estilo mudéjar, acoge una maqueta de la ampliación portuaria y la costa gijonesa muy llamativa, así como fotos históricas del Puerto. Muy cerca de la central, David Alonso también desgranó las características de la boca del túnel a Aboño de 1895, así como de los restos del castillo de Arnao, el fuerte militar que defendió la ensenada entre el siglo XVIII y 1911.
También se detuvo en el cargadero de carbón de 1909, el único de los tres que llegó a haber en El Musel. De ahí, la visita continuó al edificio de La Sirena, de 1926, donde Alonso se recreó en cómo se concibió para ordenar «hasta las 96 pequeñas edificaciones que llegó a haber en esta explanada».
El recorrido, de casi dos horas, finalizó en el muelle de la última ampliación portuaria, cuyas dimensiones sobrecogieron a todos, así como las impresionantes vistas de la costa, con el edificio de La Laboral como elemento destacado. La próxima ruta con David Alonso será el 19 de julio, con salida a las 11,15 horas de la estación de tren. «Sin inscripción y destino por ahora sorpresa», anunció.
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