La familia de Saúl Iglesias pide «saber qué pasó en el piso de citas» de Gijón en el que murió
Los allegados del joven llenaron de flores y velas el portal del edificio en el que falleció hace un año. «Le quedaba toda la vida por delante», dicen
Olaya Suárez
Gijón
Domingo, 20 de octubre 2024
«Siempre fuiste un guerrero y esa fuerza es a la que nos agarramos para seguir adelante y poder llegar hasta el final para que se haga justicia». Familiares y amigos de Saúl Iglesias se concentraron en la tarde de hoy domingo ante el edificio de la calle Avilés en la que hace un año el joven de 24 años falleció en un piso de citas de ese mismo inmueble.
Se vivieron momentos de gran emotividad cuando su madre, Carmen Iglesias, sacó fuerzas para dirigirse al medio centenar de allegados de su hijo para «recordar a Saúl y conseguir que su caso no caiga en el olvido». Habló desde el altar improvisado en el que se convirtió el portal, repleto de flores, fotos suyas, carteles pidiendo justicia y velas que cada uno de los presentes fueron encendiendo, entre lágrimas y con el recuerdo muy presente de «un chaval de lo mejor y al que le quedaba toda la vida por delante».
Los informes forenses revelaron que el joven falleció como consecuencia de un fallo multiorgánico derivado del consumo de sustancias estupefacientes. La investigación judicial se centra ahora en esclarecer si ese consumo fue voluntario o si bien intervinieron terceras personas. Las dos mujeres que supuestamente ejercían la prostitución en la vivienda abandonaron el lugar con sus pertenencias al día siguiente de la muerte del joven.
Las dos, madre e hija, continúan unidas al procedimiento judicial que se encuentra en fase de instrucción. Ante la jueza relataron que las transferencias bancarias por valor de unos 4.000 euros realizadas desde el teléfono de Saúl a los de ellas fueron «por voluntad propia». Negaron haberlas efectuado ellas mismas cuando Saúl ya estaba indispuesto. Serán ahora las pruebas que se van aportando a la causa las que determinen el grado de participación de las dos mujeres.
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El cadáver del joven (natural de Mieres y que trabajaba en Oriente Próximo) fue hallado en el rellano del piso de citas. Las dos mujeres lo sacaron hasta el descansillo y a continuación bajaron a una lavandería ubicada en la misma calle para pedir a una usuaria que llamase a los servicios de emergencia. Una vez allí, los sanitarios únicamente pudieron confirmar el fallecimiento. «Queremos saber qué pasó y por qué no llamaron a los médicos cuando Saúl empezó a encontrarse mal», pide su madre.