Pétalos desde lo alto en Gijón para una Virgen de tierra y mar
La procesión de Nuestra Señora del Carmen congregó a cientos de devotos en el Puerto Deportivo
Fueron cientos y cientos de personas las que siguieron la procesión marinera de la cofradía de Nuestra Señora del Carmen, que volvió a procesionar por las aguas de Gijón el año pasado tras medio siglo sin hacerlo. La buena acogida entonces hizo que en esta ocasión la hermandad aumentara el recorrido por tierra e incluyera novedades.
A las cinco de la tarde, como estaba estipulado, el párroco de San José, Fernando Llenín, comenzó la Novena a la Virgen del Carmen en la iglesia. Una vez finalizada, los doce porteadores levantaron la imagen, engalanada para la ocasión con su nueva corona obra del orfebre Orovio de la Torre y el manto color crema y dorado. Antes de llegar al pórtico, sobre la Virgen cayeron pétalos desde lo alto.
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Abriendo la comitiva religiosa estaba la Cruz de Guía, seguido de la Banda de Gaitas Villa de Gijón. Tras ellos, la bandera de Ayuda a la Iglesia. La procesión hizo gala de la unión de las cofradías portando los estandartes de todas las hermandades gijonesas. Tras ellos, la imagen y, después, el clero y la agrupación musical Sagrado Corazón de Jesús seguida de decenas de devotos. La banda de música comenzó a interpretar el himno nacional dando comienzo a la procesión.
Se dirigieron hacia la plaza del Carmen para seguir por Munuza, Moros y Jovellanos hasta llegar a la basílica del Sagrado Corazón muy seguidos por los devotos. Una parada nueva en el recorrido respecto al año anterior. Allí, ante una pequeña imagen del Sagrado Corazón de Jesús, los porteadores situaron a la Virgen enfrente y realizaron tres plegarias. Un aplauso llenó las calles. «¡Viva la Virgen del Carmen!», «¡Viva!», se escuchó antes de continuar con el recorrido que pasó por San Bernardo, San Antonio y Trinidad para aparecer por los Jardines de la Reina.
Cientos de feligreses esperaban a la Virgen en el Puerto para ver su embarque. Antes de llegar al Muelle de Oriente, la Banda de Gaitas de Gijón le hizo un pasillo y, a su paso, tocó el himno de Asturias. «Salve, estrella de los mares, de los mares iris de eterna ventura», se empezó a escuchar ante la imagen antes de que esta bajara la cuesta del 'La Barquera'. Se trataba del coro Manin de Lastres, que acudió a Gijón para cantar la Salve Marinera. No fueron pocos los feligreses que se unieron a ellos. Despidieron a la virgen en tierra la vicealcaldesa, Ángela Pumariega; el presidente del PP en Gijón, Andrés Ruiz, y el edil Abel Junquera.
El barco Pelufo VIII de la Escuela de Navegación Marina de Gijón fue el que portó a la Virgen del Carmen. Ni un móvil de los devotos presentes quiso perderse el momento. Una vez que se colocó, se realizó la pequeña travesía marinera seguida de más de una treintena de barcos que hicieron sonar sus bocinas hasta que salió del puerto y la acompañaron más allá de la punta de Lequerica donde tuvo lugar la ofrenda floral. Se trató de una corona decorada con rosas, gladiolos y eucaliptos, entre otras flores, en tonos rosas y morados en recuerdo a los fallecidos en la mar.
«Acompañados»
Al volver al puerto, la alcaldesa y cofrade de honor, Carmen Moriyón, esperaba junto al nuevo comandante naval de Gijón, Luis Rodríguez Garat, y los ediles Jorge González-Palacios y María Mitre para recibir a la Virgen, que volvió a tierra ante los cumplidos que los feligreses profesaban a su imagen. Continuó la comitiva por la plaza Mayor donde, de nuevo, se le volvió a tirar pétalos. La procesión terminó en la iglesia de San Pedro. Allí el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, se encargó de oficiar la misa.
«Ha salido perfecto. No esperábamos tanta gente. Hemos estado acompañados en todo el recorrido», dijo emocionado el hermano mayor, Álvaro Fernández, al acabar la procesión. Este miércoles, habrá una misa a las doce en San Pedro organizada por la Comandancia Naval para conmemorar el día de Nuestra Señora del Carmen.