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Poco más de un año ha durado la tranquilidad en el entorno de la plaza del Presi, en Gijón, después de casi una década sufriendo las consecuencias de la okupación de uno de los edificios. Ahora, la Policía Local ha tenido que intervenir en el inmueble contiguo, el número 3 –vacío a la espera de acometer una reforma integral–, después de que el propietario alertase de que varias personas habían fracturado la puerta de la calle y se habían colado en el interior.
El intento de la nueva okupación ha podido ser atajado de forma rápida antes de que, como ocurrió con el caso anterior, varios de los okupas llegasen a empadronarse en esa dirección.
El acceso luce ahora con un cartel de sistema de videovigilancia y con unas tablas de madera tapiando el agujero que los intrusos hicieron en la parte de abajo para introducirse a la zona de la escalera y desde allí a una de las viviendas. Por la parte de dentro de la puerta, los agentes de la Policía Local colocaron una cinta de precinto para prohibir el paso.
El nuevo intento de okupación en la plaza de Presi ha reavivado viejos fantasmas en el vecindario. «No nos lo creíamos cuando vimos a la Policía intervenir otra vez en un edificio de la plaza por el mismo problema... Las penurias que pasamos tantos años solo lo sabemos los que vivimos aquí», refería a EL COMERCIO una de las vecinas de la plaza del barrio del Carmen.
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