El PSOE de Gijón, frente a Adrián Barbón: «La participación de la militancia nunca es un barullu»
Medio centenar de militantes se han adherido a la solicitud de primarias que han impulsado seis veteranos de la agrupación
Barullu. La palabra de moda entre el socialismo asturiano, que ha sido asumida tanto por la FSA como por el PSOE gijonés. No obstante, ... ese lío, desbarajuste o ruido al que se refirió Adrián Barbón el viernes cuando usó ese término -barullu- está siendo interpretada de forma antagónica por las partes. Si el presidente asturiano lo utilizó para alertar sobre el desgaste en las siglas de continuar «hablando de nosotros mismos», esa advertencia no ha caído nada bien en la Ejecutiva local. «La participación democrática de la militancia nunca puede ser entendida como un barullo», afirmaban ayer fuentes de la dirección del PSOE gijonés a EL COMERCIO.
Quienes pensaran que las palabras de Adrián Barbón servirían para calmar los ánimos, nada más lejos de la realidad. El pulso que mantiene Gijón con la dirección autonómica sigue muy vivo. Lo que realmente se dirime es si la figura de Ana González es la mejor opción para retener la alcaldía. La FSA ha dado su «apoyo expreso» a que la regidora vuelva a presentarse, tal y como ella ha dicho que es su intención. La ejecutiva local mantiene que la mejor opción será la que haya elegido la militancia. «Esta dirección tiene el firme compromiso de velar por el cumplimiento literal de los estatutos de la organización», reiteraron ayer a este periódico.
A diferencia de la FSA, no han cerrado filas en torno a Ana González, pero tampoco han dicho públicamente lo contrario. Lo que sí ha hecho, según trascendió de la reunión de la comisión ejecutiva celebrada el jueves, es poner sobre la mesa varias encuestas que existen en la ciudad y que arrojarían nubarrones sobre la posibilidad de reeditar el gobierno. Con toda esta marejada de fondo, seis veteranos militantes dieron un paso adelante para intentar forzar unas primarias. Según aseguraban ayer, a la solicitud que avanzó EL COMERCIO hace ahora una semana, ya se han adherido medio centenar de personas que, añaden, en procesos anteriores apoyaron a opciones distintas.
Lo que se está buscando es ese resquicio que dejaron abiertos los estatutos actuales. Un alcalde en ejercicio -en los municipios de más de 20.000 habitantes- que manifieste su intención de repetir (como es el caso de Ana González) se convertirá automáticamente en candidato. Se recogió una excepción. Ha sido prácticamente inédita en su uso, lo que da a entender lo extraordinario de este caso. Se podrá forzar un proceso de primarias siempre y cuando así lo expresen con su firma la mitad de la militancia (+1), lo que en el caso de Gijón son más de 600.
El uso de esta vía tiene un carácter tan insólito que el propio partido a nivel federal aún no ha establecido ni los plazos ni el modelo de ficha, cuya respuesta se espera para principios de semana. Cuando se marcaron las fechas para las primarias se dejó fuera la articulación de este mecanismo.
Dentro del socialismo asturiano hay quien interpreta este movimiento como un equivalente a una moción de censura destructiva. O sea, la que supone una rendición de cuentas, pero sin candidato alternativo. Porque aún se está en la primera fase, de la ver comprobar si se recogerán las firmas suficientes. Después, ya para el 19 de septiembre llegarían las primarias donde sería, como quien dice, borrón y cuenta nueva, y volver a recabar avales. Esa es precisamente uno de las cuestiones que siguen sin estar claras, si hay militantes dispuestos a dar el paso. Este es otro de los asuntos en los que se mantiene un pulso abierto. Los unos creen que no existe una opción alternativa, lo que redunda en esa preocupación de estar provocando un desgaste para nada; y aquella parte del socialismo gijonés para quien sus intenciones no pasan tanto por poner uno u otro nombre sino reflexionar sobre si Ana González es la mejor opción para retener el Ayuntamiento, principalmente atendiendo a los porcentajes de aprobación que se mostraron el jueves en la Casa del Pueblo.
A la espera de que se detalle cómo será la recogida de firmas, fuentes de la FSA aseguran que se vigilará «escrupulosamente» que se cumpla con todo lo que viene establecido en los estatutos. La ejecutiva local ha manifestado que está en eso mismo. Ninguna de las partes, en el pulso que tienen abierto, quieren que haya ningún patinazo que pueda arrojar sombras y poner en duda la legitimidad de esta fase previa. Ya se anunció que se facilitará el uso de la sede gijonesa para la participación de la militancia y que, en ningún caso, se pondrá en disposición de nadie el censo dado que vulneraría la ley.
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