«Estas son nuestras raíces y no podemos dejar que se pierdan»
La primera final en la plaza Mayor del Concurso de Canción Asturiana de EL COMERCIO copó el espacio, al que se unieron turistas y curiosos
Catorce son los cantantes que han conseguido llegar a la final de la 43 edición del Concurso de Canción Asturiana organizado por EL COMERCIO y Divertia, con el patrocinio de la Fundación Caja rural de Gijón y la colaboración de El Corte Inglés. Esta última fase trasladó a los artistas de la plaza de la República a la plaza Mayor. La nueva ubicación copó el espacio que, al ser un lugar de gran transito, invitó a gijoneses y turistas que cruzaban a detenerse y mirar las actuaciones e, incluso, inmortalizarlas con sus teléfonos móviles. En esta primera final, de los siete finalistas masculinos se dieron cita cuatro y de las femeninas, tres. Hoy se celebrará a las seis de la tarde la segunda final, donde participará el resto de concursantes.
Minutos antes de comenzar las actuaciones, Alicia Villanueva, ganadora en las dos últimas ediciones del concurso, terminaba de ensayar con el gaitero oficial del certamen, Alfonso Fernández. «La cosa siempre está muy reñida y la diferencia entre cantantes suele ser muy poca, pero venimos a por ello», indicó. Villanueva lleva, de sus 24 años, dieciséis dentro de este mundo. «Cuando empecé decían que la tonada se moría y aquí seguimos», señaló.
Además de Villanueva, participaron en esta primera final Lorena Corripio, que abrió el concurso cantando 'La soberana'. Le siguieron César González, Luisi Martínez, Manuel López, Esteban Verdeja y Sergio Menéndez. En esta ocasión los participantes tuvieron que cantar tres canciones, una más que en semifinales. También hubo una muestra de la categoría moza en la que participaron Marina Carbajosa y Néstor Díaz. Este último comenzó con siete años, cuando la cantante Anabel Santiago, que conforma el jurado del concurso junto con Genaro García 'Tolín de la Carrera', fue a su colegio y la vio cantar. Fue en ese momento cuando supo que quería hacer lo mismo que ella. Ahora, a sus quince años, continua. «Tuve cambio de voz, pero, por suerte, no tuve que parar». La ubicación no le ponía nervioso. «Cuanta más gente haya, más me gusta».
En pro de mantener este arte, afirmó que «anima» a todos sus amigos a que se unan. Algo que al principio «cuesta porque lo ven raro». Pero, ahora, dentro del grupo «algunos cantan, otros tocan. Es importante porque no se puede perder. Estas son nuestras raíces», concluyó.