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Entre los cuatro taxistas entrevistados por EL COMERCIO, suman más de 50 años de experiencia y muchas anécdotas al volante: buenas y malas. «Es una ... profesión en la que normalmente hay momentos incluso divertidos, pero los malos, te marcan», asegura, Carmen Lobeto, conductora de un taxi en Gijón, que lleva más de 20 años ejerciendo.
«Nunca olvidaré cuando tuve que acudir como 'taxista de apoyo', ante un caso de emergencia porque se accionó el 'botón del pánico'», recuerda Lobeto que revive la situación aún asustada. «Llegué hasta el compañero que había sido amenazado con un cuchillo. Logró parar el vehículo y yo me posé para prestarle apoyo. Entre ambos, conseguimos calmarlo. Se fue sin pagar, pero eso es lo mínimo que nos puede pasar. Lo importante para un taxista es que la carrera acabe bien», asevera esta taxista, que destaca «el 'botón del pánico' no te asegura que te vaya a pasar nada, pero ayuda a evitar muchas desgracias».
En los últimos años, los taxistas de la ciudad se han ido dotando de mayores medidas de seguridad en sus vehículos para afrontar situaciones peligrosas durante el servicio. El último caso ocurrido el pasado 18 de marzo, con la agresión sufrida por un taxista con un cliente que dejó en La Camocha, ha disparado las alertas. Muchos taxis han instalado cámaras de seguridad y micrófonos, y hasta botón del pánico.
El presidente de la cooperativa Radio Taxi Gijón, Isaac Menéndez, 'Ichy' –23 años de oficio–, explica el procedimiento de este efectivo sistema de alerta: «ante un caso de intento de agresión, robo o intimidación, activamos este dispositivo, escondido en una zona diferente en cada vehículo e inmediatamente salta la alarma en la centralita. Entonces, el vehículo queda 'incomunicado', es decir, desde dentro no se escucha nada. Se avisa a la policía y el compañero taxista más cercano comienza a seguirlo como apoyo». Para Menéndez, Gijón «no es una ciudad en la que te sientes inseguro pero los índices de peligrosidad han aumentado, y el ambiente se ha vuelto mucho más complicado en los últimos años, especialmente durante la noche». Es por ello, que tanto Menéndez como Lobeto, que trabajaron durante más de 15 años en horario nocturno, lo dejaron, aún a sabiendas de que «se ganaba más. No compensa», afirman ambos, que coinciden en que «por el día, las mañanas son los mejores horarios de movimiento, por la gente que trabaja. En Semana Santa no se nota casi la llegada de gente de fuera y eso sí, el verano es una locura, pero hasta el final de la Feria de Muestras. Después, todo se queda vacío».
Hoy en día, está muy normalizado ver mujeres taxistas y es por ello que «no nos sentimos más inseguras por ser mujeres, para nada. Incluso en ciertas situaciones, por nuestro carácter más pausado, hacemos que no vaya a más un posible incidente,» explica Amparo Menes, que lleva seis años al volante. Ella, al igual que Mercedes Rodríguez, –2 años de experiencia–, comentan que han tenido suerte. «Ninguna hemos vivido un atraco. Algún insulto, que nos vomiten el coche y sobre todo que escapen sin pagar», afirman. «Bueno, yo una vez lo pasé un poco mal porque un chico me decía que tenía que llevarlo a conseguir droga, pero logré que se bajara antes de tener que pedir ayuda», relata Menes.
En Gijón existen 308 licencias de taxis, más 160 asalariados. El precio ha subido recientemente, por lo que en la tarifa diurna (1) la bajada de bandera es de 2,17 euros, con la carrera mínima en 5,09. Un 25% más supone la tarifa nocturna (2). «Un aumento que consideramos muy pequeño», admite Menéndez, que demanda «alguna ayuda desde las administraciones para dotar de más y mejores cámaras a nuestra flota tanto para seguridad de los conductores, como luego cuando nos piden las imágenes desde la Policía, algo que ocurre mucho». Desde la cooperativa hacen un llamamiento: «no demonicemos a quien ha bebido algo y llama al taxi. Es mejor que nosotros acerquemos a esa persona a su casa. Es más seguro».
Nosotros también velamos por la seguridad de nuestros clientes y exigimos, a todos y cada uno de los conductores, que tengan el certificado de delitos sexuales», detalla Isaac Menéndez, presidente de Radio Taxi Gijón, que remarca «la importancia de que las personas que suban a bordo de nuestros vehículos se sientan protegidas». La normativa de la cooperativa contempla la expulsión inmediata de aquellos chóferes que den positivo en alcoholemia o drogas, durante el horario en el que están ejerciendo el servicio.
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