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Ana González, Lara Martínez y Miguel Barrero, en la presentación del proyecto de Tabacalera, recreado abajo. PALOMA UCHA / E. C.

Veinte millones y 30 meses de obras para hacer de Tabacalera el referente cultural de Gijón

El edificio de Cimavilla albergará la pinacoteca municipal, espacios escénicos, salas de ensayo y una residencia de artistas becados

OLGA ESTEBAN

GIJÓN.

Sábado, 31 de octubre 2020, 00:23

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Tabacalera, Espacio de Cultura Contemporánea (TECC). Los gijoneses se pueden ir acostumbrando a la nueva denominación de la antigua fábrica de Cimavilla, que tras años y años de esperas, proyectos y no pocas dificultades, parece que finalmente sí está a un paso de hacerse realidad. De convertire en centro de la cultura local, en sede de todos los estamentos culturales de la ciudad, en punto de encuentro y de proyección hacia la Gijón, hacia Asturias y hacia más allá de nuestras fronteras. Porque TECC nace con visión internacional. Desde Cimavilla al mundo. Desde la historia del propio inmueble hasta el arte más vanguardista; desde la pinacoteca municipal hasta un espacio de creación abierto a artistas becados. Desde Feten a un estudio de grabación.

La alcaldesa de Gijón, junto con la gerente de Divertia, Lara Martínez, y el director de la Fundación Municipal de Cultura, Miguel Barrero, presentaron ayer el plan de usos de Tabacalera, que a su vez es el inicio del replanteamiento total de la gestión cultural en la ciudad. Porque la vieja fábrica es la primera piedra de un puzle que 'arrastrará' a la Casa Natal de Jovellanos, el Piñole, el Centro de Cultura Antiguo Instituto, Litografía Viña, la sala de exposiciones de La Rula y la Escuela de Comercio. Según avanzan, todo será repensado y reestructurado. Pero lo primero es sacar a licitación el proyecto de adecuación del edificio histórico, 6.900 metros cuadrados y cinco plantas que alguna vez fueron iglesia y vicaría, luego la fábrica de las cigarreras y en el futuro el almacén de las más de 4.000 piezas que componen la pinacoteca municipal, ahora guardadas y que en la nueva ubicación se podrán exponer en parte. Habrá también una residencia de creación, para artistas «de cualquier ámbito creativo» que recibirán becas; un espacio escénico que se podrá ajustar a las distintas necesidades, para programación de pequeño y mediano formato. Y un espacio expositivo que, bajo el nombre de 'Gigia', se centrará en tres momentos cruciales para la historia de la ciudad: la época romana, la edad moderna y el Gijón industrial.

Una de las cuestiones que se ha tenido en cuenta, explicó Miguel Barrero, es que de alguna forma hay que buscar y atraer el público joven, al que tiene entre 14 y 25 años y que generalmente está más alejado de la cultura. Por eso, el edificio histórico también tendrá un espacio destinado a ellos, la «cultura urbana, a los ámbitos más vanguardistas», donde no faltarán los talleres para toda la familia. La meta: «Que Tabacalera no sea solo un sitio al que ir, sino en el que estar».

El contenido del edicifio histórico se completará con oficinas, espacios de ensayo y espacios multiusos y polivalantes.

El objetivo es que toda esa parte esté lista en el plazo de 15 meses. Cuando el edificio histórico esté en funcionamiento empezará la siguiente fase, la construcción de los dos edificios nuevos en las parcelas adyacentes que han sido expropiadas para tal efecto. Uno de ellos albergará la sede de los festivales: Festival de Cine, Feten, Música Antigua y Danza Gijón. El nuevo TECC será el lugar «desde donde se piense la cultura que se proyectará por toda la ciudad», además de «fomentar y promover la captación de encuentros vinculados a la cultura, la creatividad o la innovación».

El segundo edificio de nueva construcción albergará la cafetería y un espacio dedicado a la música, con locales de ensayo y un estudio de grabación. La construcción de estas dos partes que completarán el complejo tendrá un plazo de otros 15 meses.

¿Cuánta inversión va a suponer? A la espera de concreciones, Lara Martínez habló de unos 20 millones de euros en conjunto, cuando «todo esté acabado» y con contenido. Se trata de la cifra más pequeña de las que se han invertido para adecuar las once fábricas de tabaco que existen en España, la mayoría destinadas a usos culturales (a excepción de Sevilla, Cádiz y Coruña). También es el tiempo de ejecución más corto. El resto de proyecto, explicó Martínez, habían costado entre 30 y 112 millones y habían tardado de seis a doce años.

Mucho avanzado, pero aún «quedan muchas cosas por hacer porque es un proyecto complejo». Entre ellas, definir el modelo de gestión del nuevo centro.

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