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El rugir de los motores, los pitidos y el olor a gasolina dejan claro que ya están en marcha. De los más de 3.000 moteros de 37 países que se congregan estos días en Gijón para participar en los Vespa World Days, el evento internacional más emblemático de la icónica Vespa italiana, varios centenares de ellos se dieron cita este jueves en Montevil, delante del bar Gota a Gota, para poner rumbo a tres destinos diferentes y empezar a empaparse del paisaje asturiano.
Vespas con sidecar, sin él, antiguas, nuevas, de todos colores... Todas aguardaban silenciosamente aparcadas hasta que llegó el momento de emprender la marcha. La primera ruta, que fue también la que más participantes tuvo, partió a las diez de la mañana hacia Muros de Nalón para recorrer 150 kilómetros por la costa asturiana en lo que dura una jornada completa: ocho horas. La siguiente, que salió a las once, recorre el prerrománico asturiano de Oviedo a Gijón y completará 115 kilómetros en aproximadamente siete horas.
Fue la que escogieron Arrate Elgezabal y Mikel Etxebarria, una pareja de Bilbao que no dudó en apuntarse al evento, aunque antes de empezar ya reconocían que «va a ser durillo». «Hemos hecho algunas salidas con clubes de Vizcaya, como la Skooterada de Bilbao, pero es la primera vez que salimos en ruta fuera del País Vasco», apuntó Mikel. Lo que tenían claro es que no podían faltar. «Este evento normalmente se hace lejos, de hecho el año pasado fue en Italia, así que para una vez que está cerca de casa decidimos animarnos y, si queremos repetir en otra ocasión, incluso yendo más lejos, ya tenemos una base», señaló Arrate. ¿Su mentalidad para estos días? «Conocer gente, ver motos, pasarlo bien... ¡y aventura!».
La tercera ruta del día partió a las doce menos cuarto rumbo a Amandi (Villaviciosa). Bajo el nombre de 'ruta de la sidra', varias decenas de moteros se lanzaron a la carretera para disfrutar de nueve horas y 145 kilómetros por la naturaleza en un entorno totalmente único. En ella iba la vespa más antigua de todas las que se juntaron en Montevil. Con matrícula 13.000 (el número exacto prefiere mantenerse en la intimidad), Fernando Zapico luce un modelo al que se giran todos los ojos, que primero fue de suegro y data de 1951.
«Él la utilizaba mucho, pero luego quedó en casa de mis suegros hasta que un día la vi yo y, como me gustan las motos antiguas, la restauré y hasta hoy», explicó con satisfacción. Con ella hizo el Camino de Santiago hace ya veinte años, junto a otros dos amigos que tenían motos similares, y «hasta hace dos o tres años no la volví a arrancar», confesó.
A la una de la tarde tuvo lugar la inauguración oficial en el recinto Luis Adaro, donde la Cámara de Comercio de Gijón ha adecuado una explanada de 6.000 metros cuadrados para acoger las motos en un espacio diáfano. «¡Ahora solo queda disfrutar!», destacó su vicepresidente primero, Pedro López Ferrer. Después, Piaggio presentó su último modelo de la 'avispa': la Vespa GTV Officina 8.
Por la tarde, el protagonismo fue para una leyenda viva. A sus 82 años, Antonio Veciana relató en su charla cómo en 1962 (entonces veinteañero) dio la vuelta al mundo a lomos de una Vespa. Cruzó 17 países y 40.000 kilómetros en 79 días. Lo cuenta también en su libro 'En 79 días. Vuelta al mundo en Vespa', del que firmó numerosos ejemplares. La fiesta continúa este y el desfile por Gijón será mañana.
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