Las protestas en Santiago de Chile se ceban con el emblemático Hotel Principado de Asturias
El restaurante, recepción y primer piso del inmueble, propiedad de una familia asturiana, saqueado en una tarde tras evacuar a 25 personas que había dentro
pablo cueto parcero
Viernes, 25 de octubre 2019, 04:09
Chile sufre una oleada de protestas. Y también de violencia. El clima social está tenso, el Ejército en la calle, hay toque de queda todos los días y el Gobierno ha decretado el estado de emergencia. Prueba de la tensión es el saqueo que el emblemático Hotel Principado de Asturias, en Santiago, sufrió durante la tarde del miércoles por un grupo de violentos. Los asaltantes destrozaron los dos primeros pisos y también el restaurante.
El establecimiento se encuentra a escasos metros de la Plaza Italia y Baquedano, epicentro de las movilizaciones y concentraciones. Localización que los vándalos aprovecharon para acceder al edificio situado en la calle Ramón Carnicer, pasadas las seis de la tarde, amenazando a los trabajadores con quemarlo todo si no salían a tiempo. En esos precisos instantes, ellos mismos trataban de negociar con los asaltantes para ganar tiempo hasta que llegaran los Carabineros –que no llegaron–. Inicialmente, los malhechores les ofrecieron veinte minutos que se convirtieron en cuarenta y cinco. Tiempo en el que fue posible desalojar a los dieciocho clientes y los siete empleados que se encontraban en el interior del hotel fundado por un emigrante asturiano. Mientras tanto, en los alrededores se producían disturbios entre militares y manifestantes, donde el sonido de los disparos y el humo de las bombas lacrimógenas es ya habitual.
El emigrante asturiano que levantó el negocio el siglo pasado es Lucio Torre, un hombre nacido en 1940 en el pequeño pueblo de Bores, Peñamellera Baja. En el año 1959, con el contexto de una España marcada por la posguerra y el hambre, Torre viajó desde su aldea natal hasta Chile, motivado por la búsqueda de un futuro más esperanzador cruzando el charco. Cuando llegó al país andino, comenzó a trabajar en la panadería de un tío para luego desempeñarse en un restaurante informal, fundado por él mismo; indica Francisco Torre, hijo de Lucio y uno de los actuales gerentes de la empresa familiar. Poco a poco, fue creciendo como empresario, hasta que fundó el Hotel Principado, un referente para la hotelería chilena y también para todo asturiano que llega a Santiago, pues en su fachada puede observar ondear la bandera asturiana en una de las calles más importantes de la capital sudamericana.
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Pero las aspiraciones empresariales del peñamellerano no quedaron ahí, pues, en la actualidad, su grupo cuenta con cuatro hoteles en la capital chilena —en las comunas de Providencia y Santiago—, junto con restaurantes y otros negocios en varios países. Los citados establecimientos también preocupan al hijo de Lucio, pues están situados en zonas céntricas donde se están llevando a cabo protestas. «Son zonas calientes, donde se concentran todas las marchas, los vecinos y empresarios están preocupados por la situación, ya que la fuerza pública está sobrepasada», subraya.
En el día de ayer, los trabajadores y propietarios regresaban al hospedaje a primera hora. De este modo, la Policía de Investigaciones tomó declaración a los trabajadores y personas que se encontraban en el lugar durante el asalto. Tras llevar a cabo este proceso, junto con los trámites requeridos por la empresa aseguradora, los citados empleados y dueños se ponían «manos a la obra» para retirar los restos de los destrozos y tratar de «sacar adelante de nuevo el negocio», comenta uno de sus trabajadores. El empleado, es extranjero y licenciado, «me encuentro muy a gusto trabajando aquí, estamos consternados e intentando ayudar y apoyar en lo que podemos; el jefe dijo que nos mantendría y nos derivaría a otros hoteles», apunta aliviado mientras se aleja con el particular sonido de sus pasos sobre los fragmentos de vidrio roto que inundan la recepción.
Pero la familia de Lucio no está sola. A lo largo de la mañana, se sucedían las muestras de apoyo por parte de diferentes personas e instituciones. Una de ellas es Nayda Fernández, presidenta de la Colectividad Asturiana en Chile e integrante del Consejo de Residentes Españoles, quien mostró su apoyo a la familia Torre Villar en estos momentos difíciles y condenó los actos de violencia y vandalismo, así como hizo un llamamiento a la paz. «Estamos organizados para dar todo el apoyo posible a los residentes o turistas españoles que estén en el país», concluyó Fernández.
A su vez, el gerente de la organización que congrega al comercio detallista y turismo chileno, Marcos Veragua, se acercó a las inmediaciones del hotel y expresó su «solidaridad a los hombres de empresa que les ha costado mucho levantar un negocio, y no es posible que de la noche a la mañana se queden con los brazos vacíos».
Chile está viviendo una situación convulsa, con una clase política que parece no encontrar la compleja solución que requiere. Aunque la mayoría de las concentraciones son pacíficas, la violencia que algunos ejercen aprovechando las protestas ensucia las reivindicaciones sociales. Unas concentraciones marcadas por el sonido de las caceroladas, en las que se dan cita civiles de diferentes generaciones, desde personas que han vivido la dictadura de Pinochet hasta personas nacidas más allá de los 2000. La mayoría de ciudadanos coincide en una máxima «lo que está sucediendo es histórico».