Lecornu alienta una «convergencia» de última hora entre partidos que evite la «disolución» del Gobierno
El primer ministro saliente francés confía en el «deseo» de todas las fuerzas de «tener un presupuesto antes del 31 de diciembre», pero sin descartar que este miércoles le diga a Macron que «no hay soluciones»
Sébastien Lecornu ha iniciado este miércoles un último asalto para conformar un Gobierno en Francia. Dos días después de presentar su dimisión ante el presidente, ... Emmanuel Macron, el primer ministro saliente ha realizado una declaración pública desde la sede del Ejecutivo en la que asegura que se está «generando un movimiento y una convergencia, obviamente, que elimina la posibilidad de disolución». Lecornu afirma que esta anuencia al diálogo responde al »deseo« entre las fuerzas políticas »de tener un presupuesto antes del 31 de diciembre«.
La declaración tiene lugar antes de que el político galo se reúna con los socialistas en busca de un acuerdo. Macron le ha pedido una solución a la crisis de gobierno antes de la medianoche de este miércoles. «Esta noche iré al Palacio del Elíseo para presentarle al presidente las soluciones que hay sobre la mesa... si logramos encontrar soluciones», ha precisado Lecornu, dejando traslucir que las esperanzas son escasas.
El jefe del Gobierno saliente también ha querido aclarar que los ministros que nombró el domingo, horas antes de dimitir, no cobrarán indemnización alguna. «Es evidente que los ministros que lo han sido solamente durante unas horas no tendrán derecho a estas asignaciones. No podemos querer ahorrar dinero si no mantenemos una norma de ejemplaridad», ha subrayado.
Lecornu prevé comparecer públicamente de nuevo esta tarde. Aunque no lo ha nombrado durante su breve intervención matinal, la posibilidad de una suspensión de la reforma de las pensiones planea en las negociaciaciones. De hecho, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, acaba de señalar que «sería un gran paso adelante para los empleados, los sindicatos y la izquierda». Poco antes de su reunión con Lecornu, el dirigente ha rechazado un Ejecutivo que «combine a personas de derechas e izquierdas» y defendido «un cambio de rumbo. Es necesaria la alternancia para que las cosas avancen», ha manifestado, sin descartar la posibilidad de que este miércoles «tengamos la solución para desbloquear el país» y que «la izquierda gobierne».
Las negociaciones de la «última oportunidad» en Francia empezaron este martes con el pie cruzado. Después de que el primer ministro galo, Sébastien Lecornu, hubiera dimitido el lunes por la mañana -horas después de desatar una ola de críticas con el anuncio de la composición de su gabinete- y el presidente, Emmanuel Macron, hubiera aceptado su renuncia, el inquilino del Elíseo le pidió por la tarde que intentara unas negociaciones 'in extremis' para formar un nuevo Gobierno y evitar un adelanto electoral. La mayor parte de la clase política se muestra escéptica ante la posibilidad de que esas conversaciones desemboquen en un acuerdo. Las sillas vacías y los anuncios de que no iban a participar en esas discusiones predominaron durante la pasada jornada, marcada asimismo por el fuego amigo contra Macron.
El primer encuentro por la mañana de los partidos que forman parte del Ejecutivo tuvo un evidente protagonista y ausente: Bruno Retailleau, ministro del Interior y líder de la derecha tradicional de Los Republicanos (LR). Este dirigente conservador, con un rol preponderante en esta crisis gubernamental, prefirió no participar en la reunión al exigir un cara a cara con Lecornu. Ya había afirmado un día antes que «perdió la confianza» con el responsable del Ejecutivo, nombrado hace menos de un mes, porque «me ocultó» la designación como titular de Defensa de Bruno Le Maire, quien llevó las riendas de la cartera de Economía entre 2017 y 2024 y al que una parte de la opinión pública reprocha la grave situación de las arcas del país.
La baza socialista
«Hay dos soluciones ahora mismo: un Gobierno de cohabitación -encabezado por un dirigente de la derecha tradicional y con poca presencia de ministros macronistas- o una disolución» de la Asamblea Nacional, aseguró Retailleau en una entrevista para la emisora de radio Europe 1. El ministro del Interior se reunió finalmente con Lecornu durante la tarde de este martes. Además, el responsable del Ejecutivo convocó al Palacio de Matignon a representantes de las oposiciones, menos a la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos). La extrema derecha de Marine Le Pen rechazó esa invitación.
La única opción con la que cuenta en estos momentos el primer ministro saliente consiste en llegar a un acuerdo este miércoles con el Partido Socialista, que exige la designación de un responsable del Ejecutivo de centro-izquierda. Ese hipotético pacto girará en torno a los presupuestos del año que viene. No obstante, la mayoría de los políticos ya se prepara para unas elecciones legislativas anticipadas, a pesar de que la decisión final depende de un Macron cada vez más criticado.
Los reproches más duros contra el presidente galo no llegan de la oposición, sino de su espacio político
La extrema derecha rechazó la invitación a las negociaciones para cerrar un acuerdo 'in extremis'
Otra opción es celebrar comicios legislativos, pero saldría un Parlamento igual de fragmentado
Curiosamente, los reproches más duros contra el jefe del Estado no han sido formulados por dirigentes de la oposición, sino por barones de su propio espacio político. «No entiendo las decisiones del presidente de la República (…). Da la sensación de querer acaparar el poder», declaró el lunes por la noche el exprimer ministro Gabriel Attal, actual secretario general de Renacimiento (partido fundado por Macron en 2016), que mantiene malas relaciones con el inquilino del Elíseo desde la primavera del año pasado.
Aún más contundente se mostró Édouard Philippe, que llevó las riendas gubernamentales entre 2017 y 2020. El aspirante macronista mejor posicionado de cara a las próximas elecciones generales -a las que el actual mandatario no podrá presentarse debido al tope constitucional de dos mandatos- sorprendió este martes al pedir a Macron que dimita de manera diferida y adelante a la primavera del 2026 los comicios para la jefatura del Estado. «Debería organizar unas presidenciales anticipadas e irse inmediatamente tras la aprobación de los presupuestos», dijo en una entrevista para la emisora de radio RTL, una de las más escuchadas en el país vecino.
Opinión pública en contra
El líder de Horizons se sumó con esas palabras a las voces que piden la renuncia de Macron. Solo la izquierda insumisa la exigía hace un año, pero ahora también la apoyan los verdes y algunos dirigentes conservadores, como Jean-François Copé -fue jefe de los conservadores entre 2012 y 2014-, la presidenta de la región parisina, Valérie Pécresse, o David Lisnard, regidor de Cannes y principal responsable de la Asociación de Alcaldes de Francia.
A pesar de que un 73% de los franceses se muestra favorable a la dimisión del presidente, Macron la ha descartado en múltiples ocasiones. Esta opción parece poco probable en estos momentos. La mayoría de la clase política privilegia la posibilidad de que el jefe del Estado convoque otras legislativas anticipadas. Los últimos sondeos apuntan, sin embargo, que saldría de esas elecciones una Asamblea Nacional igual de fragmentada que la actual. Y que esos comicios no resolverían el profundo atolladero en que se encuentra inmerso el país.
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