La frase que persigue a Merkel diez años después de la crisis de los refugiados: «Lo lograremos»
La entonces canciller alemana abrió las puertas del país ala ola de solicitantes de asilo, la mayoría sirios, pero la decisión generó numerosas críticas con el paso del tiempo, sobre todo de la ultraderecha
En el verano de 2015, y en plena crisis de los refugiados en Europa, Angela Merkel se mostró contundente en una rueda de prensa: «Lo ... lograremos». La entonces canciller alemana pretendía animar a su país ante la llegada masiva de solicitantes de asilo en busca de su integración y, en parte, como solución a la falta de mano de obra en determinados sectores. No se imaginaba que aquellas palabras seguirían siendo objeto de debate diez años después. La frase persigue a la líder conservadora, a quien muchos le reprochan su política de 'puertas abiertas' a aquella oleada de migrantes. Incluso el actual jefe del Estado germano y compañero de partido, Friedrich Merz, ha asumido que «no hemos conseguido lo que ella quería».
Merkel decidió la noche del 4 al 5 de septiembre de 2015 abrir las puertas de Alemania a los solicitantes de asilo procedentes de Siria, Afganistán e Irak, entre otros orígenes, que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, no quería acoger en su territorio. No fueron pocos los alemanes que adoptaron el mensaje de la dirigente y abrazaron a los migrantes, que convirtieron a la política en la canciller de los refugiados. «Mamá Merkel», la llamaban muchos sirios. El selfi de la entonces jefa de la CDU con uno de ellos dio la vuelta al mundo. Sin embargo, otra parte del país -especialmente la posicionada en la extrema derecha- vio en la famosa frase una provocación.
«En aquel momento dije esa frase por buenas razones, y la mantengo, nada ha cambiado al respecto hasta hoy. Sin embargo, no podía imaginar que me la echarían en cara de la forma en que lo hicieron», reconoció Merkel, de 71 años, en una entrevista reciente con el diario 'Evangelische Zeitung'. «Vi en esa decisión, y en especial en sus consecuencias, un punto y aparte, un antes y un después en mi etapa como canciller», escribió la líder conservador en su autobiografía, 'Libertad (Memorias 1954-2021)'. «Estaba y sigo estando convencida de que nadie abandona su patria a la ligera», añadió.
De la euforia a la controversia
Merkel fue muy criticada entonces dentro y fuera de Alemania por haber dado la bienvenida a 1,2 millones de refugiados y solicitantes de asilo entre 2015 y 2016. De la euforia inicial se pasó rápidamente a la controversia, alimentada por actos violentos de gran impacto cometidos por migrantes, como el atropello masivo en un mercado navideño en el corazón de Berlín que causó once muertos. La excanciller, sin embargo, cree que no estaba tan equivocada cuando pronunció aquella frase. «Hemos logrado mucho si nos fijamos, por ejemplo, en la integración de los refugiados varones en el mercado laboral», defiende en la entrevista, en la que admite que con las mujeres ha resultado más «complicado».
«Y, aunque el terrorismo islamista ya existía en Alemania antes de 2015, sigue siendo deprimente que los atentados sean cometidos precisamente por solicitantes de asilo, sobre todo cuando se descubre que sus peticiones habían sido rechazadas hacía tiempo. El hecho de que las personas que no tienen derecho de residencia sean devueltas a su país de origen sigue siendo un problema sin resolver», asume. Merkel reconoció asimismo el año pasado en la revista 'Spiegel' que «la inmigración ha traído problemas».
750.000 refugiados
residían en 2014 en territorio alemán. Diez años después, a finales de 2024, la cifra se elevaba a 3,3 millones. La guerra de Ucrania hizo también que se disparara esa cifra ya que más de un millón de personas que huyeron del conflicto encontraron un nuevo hogar en este país.
El debate migratorio se ha radicalizado en los últimos años entre los germanos. La extrema derecha ha utilizado los ataques protagonizados por refugiados musulmanes para sumar votos y el partido ultra Alternativa para Alemania (AfD) está más fuerte que nunca. Lidera la oposición en el Bundestag y, si ahora se celebraran elecciones, obtendría el 26% de las papeletas, con la CDU-CSU de Merz por detrás (24%), según la última encuesta de Forsa. En los comicios de 2013, cuando se fundó esta formación, no alcanzó ni el 5% mínimo necesario para conseguir representación parlamentaria.
Merz, que accedió en mayo a la cancillería, ha endurecido su política migratoria y ha reforzado los controles fronterizos, algo que ha criticado su eterna rival por liderar a los conservadores, Merkel, quien le acusó de asumir «el orden del día» de la ultraderecha.
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