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Ángeles Quirós.
Fallece Geles Quirós, alma de Casa Gerardo

Fallece Geles Quirós, alma de Casa Gerardo

Madre de Pedro Morán y abuela de Marcos Morán, a su buen hacer se deben los platos estrella del galardonado restaurante, la fabada y el arroz con leche

Chelo Tuya

Gijón

Sábado, 5 de agosto 2023, 10:48

Con una bata azul, un mandil y tras una pota roja, de las de antes, de las de siempre, se la veía siempre. O casi se la veía, porque su cuerpo menudo apenas si salía tras la olla. Pero ahí estuvo desde los 15 hasta los 75 años, cuando Ángeles Quirós decidió dejar la cocina en manos de su hijo, Pedro Morán. Cuando cedió el testigo de Casa Gerardo, el emblema de la restauración asturiana que ella puso en pie. Un emblema que hoy está de luto, porque Geles falleció de madrugada, con 97 años.

«Murió la Mesi de la cocina», dice su nieto, Marcos Morán. «Verla cocinar era como ver a Federer jugar una final. Era divertida, profesional, tenía una dote natural para la sazón, sabía si algo estaba soso o salado solo por el olor», afirma. El recetario de Geles Quirós es la base de la estrella Michelin y de los Soles que tiene el restaurante de Prendes, renacido en 1987, tras un incendio. Cual ave fénix, con las recetas de Geles en su prodigioso cerebro, se reconstruyeron sobre las cenizas para iniciar un vuelo hacia el estrellato culinario que no tiene fin.

Fue idea de Geles echar mantequilla a la fabada, así como usar faba fresca siempre. En la memoria de todos los que pasaron por Casa Gerardo mientras la hija de Gerardo estaba en la cocina hay una imagen icónica: ella dando vueltas y más vueltas con el cucharón de madera a la pota del arroz con leche.

Aunque ella siempre leía a la Marquesa de Parabere, su recetario fue la revolución de la cocina asturiana. «Si la hubiera pillado esta época, mi abuela sería la 'master chef' más famosa». Pero a Geles Quirós le tocó vivir una época con poca luz para lo que hacían las mujeres. Eso sí, estuvo acompañada de hombres que vieron, desde el primer momento, «que Geles era única». Lo hizo su padre, Gerardo, dejándola al frente de la cocina. Y lo hizo su marido, Manuel Morán, Lolo, «que supo ser el duque de Edimburgo: mi abuela era la reina». Una reina que tanto estaba al frente de los fogones como salía a la barra a echar un culín.

Camino de los 98 (los cumpliría en diciembre), Geles decidió esta madrugada quitarse el mandil definitivamente. En la memoria de los suyos queda la mujer menuda, con genio, pero cariñosa, que nunca usó tabla para picar la cebolla (lo hacía en la mano) y que supo darle un toque magistral a los platos de casa, a los que hacía para que cenaran sus nietos, Marcos y Marta. Los fréjoles, las albóndigas, el rollu de bonito y, sobre todo, una tortilla de patata fina, «que había que comer recién hecha», que nadie ha sabido igualar. Se va la tercera generación de Casa Gerardo, dejando al frente del restaurante a la cuarta y quinta, su hijo Pedro y su nieto Marcos, respectivamente. Y a la sexta por el horizonte. Aunque, de momento, Tomás y Quintín recuerdan, más que los platos que preparaba, los besos de la bisa Geles.

Su familia la vela ya en la sala número 8 del Tanatorio de Cabueñes, en Gijón. Su funeral será mañana, domingo, a las 18.30 horas, en la iglesia parroquial Santa María de Prendes.

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