Ojo con el Córdoba

La cita copera con el Racing de Santander es de una inoportunidad supina. La estrategia debe ser correr los mínimos riesgos y viajar en el día. Pues no sabes si esa gasolina que puedes gastar en esta ronda la echarás en falta en el tramo decisivo de la Liga. La Copa debe ser para los reservas, para hacer algún ensayo y punto. Si con ellos llegas lejos, estupendo. Pero deben tenerse muy claras las prioridades. Y por tanto tirar de filial hasta donde permita la normativa y alinear a quienes menos minutos tienen. Caicedo, Bernal, Queipo, etc.

La prioridad se llama Córdoba. Es el peor equipo a domicilio, con un empate y siete derrotas (la última ayer en Almería, lo cual puede haberlo cansado un poco respecto a nosotros) y está cuarto por la cola. Datos favorables, pero que siempre te ponen en guardia, pues el Sporting tiene el agrio mérito en estas cuestiones de resucitar a enemigos. Hay que elevar la tensión. Salir contra el Córdoba como si tuviéramos enfrente a un equipo Champions. Porque el fútbol siempre ha sido intensidad. Y luego para combatir un presunto cerrojazo bien vendría volver a ver un buen Gelabert para abrir el campo y desconcertar al rival. Por la derecha tenemos dinamita. Falta que regrese Gaspar o que Queipo se lo crea un poco más. Sabe jugar. Así que a demostrarlo. Otra opción sería ladear a Otero y sacar a Campu de inicio. No parece mala.

Pero, dicho está mil veces, confiamos en Rubén Albés. Él sabrá. Sí parece importante que logre con Gelabert lo conseguido con Dubasin, al cual está exprimiendo. Cuatro goles y seis pases de gol. Ahí es nada. Gelabert debe ser más trascendente. Un reto para nuestro Escipión de cuyo éxito acaso no sea exagerado decir que dependerá finalmente el ascenso. Por tanto, no despreciemos al Córdoba. Para ganarlo habrá que volver al 'jogo bonito' e intenso y acertar de cara al gol. No nos va a regalar nada.