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Siempre está bien ganar en la Copa. Es, sin duda, una frugal alegría, pues el recorrido de esta competición por fuerza se verá interrumpido ... antes de saborear una final. Al menos, en estos tiempos nuestros. Sirve la Copa para foguear a los reservas y ver hasta dónde pueden llegar. Ahí está Oyón, hasta ayer inédito. Y los franceses del filial Kembo y Mbemba. Lo demás es un peligro. ¿Y si se nos lesiona Dubasin, Cote, Campuzano o Nacho Martín jugando en Los Pajaritos? El riesgo es alto, el premio escaso. Pero bueno, salió todo bien en la hermosísima –y desconocida– Soria y ahora, rápido rápido, toca pensar en el Cádiz. Esa es nuestra gran guerra. Pues las sensaciones, tras doce jornadas, son positivas. Podemos, y debemos, estar arriba. Así que no saquemos ni un gramo de nuestra fuerza de la Liga. Sirva la Copa de campo de entrenamiento; no más.
El Cádiz es un recién descendido. Con potencial, por tanto. Arrancó mal y resucitó ante el Oviedo (2-0) para gustarse ayer ante el Jerez (0-3) en la ronda copera. ¿Qué Cádiz nos encontraremos? Tienen un entrenador contrastado, Paco López, y están ahora mismo saliendo del pozo con 13 puntos (puesto 17), mientras nosotros sumamos 19, los mismos que Zaragoza, Castellón, Granada y Oviedo; y somos séptimos. Pero tenemos los puntos del cuarto y estamos a dos del ascenso directo. Estamos, por tanto, en la pomada y más que preguntarnos qué Cádiz tendremos enfrente quizá sea mejor pensar solo qué Sporting saltará al campo. Mejor obviar al que doblegó al Huesca en un partido bronco, feo y especulativo; y quizá también al del partido loco de Albacete. Para estar arriba hay que ser sólido, intenso y ambicioso. Nuestro Escipión Albés navega en esa senda y lo que todos esperamos es volver el sábado al buen camino. La mayor incógnita podría ser nuestro 9. Este juntaletras apostaría por Campuzano, el más veloz, el que tiene más registros, el más pícaro. Pero el míster parece querer rodar a Caicedo, el clásico tanque, o seguir con Otero, que rinde mejor de extremo. Él sabrá. Lo que nosotros queremos es ambición y tres puntos para el zurrón. ¿Fácil? En Segunda no se regalan ni los buenos días. Difícil, seguro. Ganar al Cádiz es seguir entre los gallos, marcar tendencia y tener enchufados a todos: jugadores, técnicos y afición. La estadística dice que a los amarillos no se les da bien El Molinón. Sus últimas dos visitas tuvieron idéntico marcador: 1-0. ¿Firmamos?
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