El escándalo colapsa la agenda
Sánchez deberá renovar el partido y el Gobierno si quiere recuperar la iniciativa política frente a la corrupción
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, está obligado a ventilar tanto su partido como el Ejecutivo por la llegada de ... la corrupción a su equipo de confianza, el mal que tumbó al Gobierno de Mariano Rajoy. Si quiere recuperar la iniciativa política, colapsada por los escándalos, urgen cambios de calado. Limitarlos a una reestructuración del partido sería poco menos que pasar de puntillas por los graves indicios que comprometen a quienes han sido sus colaboradores más estrechos.
Encapsular un escándalo de esta magnitud como si fuera un problema de Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García significa no haber entendido los estragos de la corrupción. El Gobierno de Pedro Sánchez corre el riesgo de achicharrarse por haber puesto la mano en el fuego por un número tres del PSOE que en realidad llevaba años en el sumidero. Y lo hace en el peor momento de la legislatura, acorralado por los tribunales, enfrentado a algunos jueces y sin Presupuesto. El último intento de retomar la agenda fue la Conferencia de Presidentes y acabó como el rosario de la aurora. Lejos de apagarse, los frentes judiciales han dejado al borde del banquillo al fiscal general y al hermano del presidente.
El escándalo del 'caso Cerdán' también tuvo ramificaciones en Asturias. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investiga mensajes que apuntan a presuntas irregularidades en la adjudicación de dos obras en el Principado. En concreto, aluden a la adaptación de la autovía A-63, en el tramo Salas-La Espina, y a la estabilización de taludes en la línea ferroviaria Gijón-Pravia. La suma de ambos contratos asciende a 7,9 millones de euros. «Asturias está muy bien, iremos por allí». «Me gusta la fabada asturiana», son frases que salen en los audios y que causan estupor. El informe de la UCO, como revela hoy EL COMERCIO, pone de manifiesto la imbricación de altos cargos ministeriales, como Javier Herrero e Isabel Pardo de Vera, en el supuesto amaño de contratos en obras públicas.
La renovación del Ejecutivo podría ser un revulsivo y le permitiría examinar en profundidad los ministerios más expuestos a las adjudicaciones de obras públicas gestionadas por la trama corrupta investigada a cambio de mordidas. Aun así, el bloqueo es un peligro real por el choque entre la negativa a adelantar elecciones de Sánchez o someterse a una cuestión de confianza y la imposibilidad de Alberto Núñez Feijóo de sacar adelante una moción de censura. Sánchez necesita renovar la confianza de sus aliados si quiere recobrar impulso en una legislatura atascada. Con más bronca que avances en lo importante. Con acuerdos ahogados en la hipérbole. Un calvario. Así podría sonar el principio del fin.
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