Y se cerró el círculo
Hay un fin de semana a lo largo del año que marca el devenir del resto. El primer partido que juega cualquier equipo de fútbol ... en su estadio para dar inicio a la temporada lleva consigo una serie de ritos que, dependiendo del resultado del partido, podrán cambiar dentro de dos semanas o seguir siendo los mismos. Seguramente, en la cabeza de los no futboleros parezcamos auténticos descerebrados, pero la realidad es que la superstición volverá a guiar la vida de muchos aficionados.
El último rito que llevé a cabo terminó con nuestro regreso a Primera. No quiero decir que una parte del ascenso del Real Oviedo se la debamos a los que cumplimos con nuestros rituales y nuestras vigilias en favor de la victoria del equipo. Pero desde el primer partido en Almería hasta el último en casa fui con la misma ropa y escuché las mismas canciones de camino al campo. Habrá quien piense que fue casualidad, para mí no existe cuatro veces. En la jornada contra el Real Madrid, como homenaje y para terminar de cerrar ese círculo, me volví a vestir igual que entonces. El resultado es de sobra por todos conocido y es por ello por lo que la camiseta, el pantalón y los zapatos no volverán a pisar el estadio juntos, y está por ver si lo harán por separado.
La mañana transcurría con normalidad y poco a poco las calles de la ciudad se iban llenando de camisetas del Real Oviedo. Mayores y pequeños compartíamos terrazas y parques a la espera de que el reloj marcara la hora que habíamos estado esperando 24 años. Y cuando llegó lo hizo con la solemnidad que requieren las grandes ocasiones. Las bufandas se ondearon al cielo, las lágrimas recorrieron nuestras mejillas en recuerdo a todos los oviedistas que nos acompañaron estos años, pero que ya no están entre nosotros y toda una ciudad entonó el himno para que todo el mundo, que por el rival nos estaba mirando, supiera que habíamos vuelto.
El conjunto azul supo resistir las embestidas de los blancos durante la primera parte donde el gol madridista llegó cargado de polémica. La segunda mitad quedaría sentenciada con otros dos goles del Real Madrid, pero que no reflejaban la realidad de un partido donde el Real Oviedo hizo que los merengues tuvieran que esforzarse al máximo. La mejor noticia, además del gran rendimiento que volvió a mostrar Escandell, fue la vuelta de Costas para afianzarse como líder en el centro de la zaga. Sin embargo, el Real Oviedo sigue teniendo un problema con el gol que, desgraciadamente, es lo que decide quien gana los partidos. Veremos si México es capaz de solucionarlo antes de que el mercado eche la persiana y tengamos que ingeniárnoslas para sobrevivir durante el invierno.
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