El mundo nos mira
Estaba bajando la Brecha de los Cazadores después de haber pasado una noche bajo el cielo estrellado de Picos de Europa en el Refugio de ... Cabrones mientras pensaba que, desde hace más de 20 años, un partido de pretemporada contra un equipo de Primera no simulaba una de las jornadas que veremos a lo largo de la Liga. No es que todavía no me crea que el Real Oviedo es equipo de Primera División, cosa que no seré consciente hasta jugar contra el Villareal, sino que todavía me está costando asimilar los nombres que suenan para completar la plantilla de la vuelta a la élite del fútbol mundial como para poder pasar a la siguiente pantalla.
Una de las cosas que más me llamó la atención de la noche en el refugio, fue que la gente futbolera con la que charlé un rato estaba contenta por nuestro ascenso. Es cierto que hubo excepciones, pero que sería del deporte rey sin la rivalidad. Tan necesaria como los hermanamientos entre aficiones para que el fútbol no se convierta en un besamanos lleno de fotos en redes sociales donde, a veces, da la sensación de que da igual si al final es el equipo rival el que se lleva los tres puntos.
Pero, minutos antes de que el balón rodara en Las Rozas, el Real Oviedo volvía a ser noticia ante más de cuatro millones de personas gracias a que Melendi aparecía en la velada de Ibai con la camiseta de Cazorla y, al día siguiente, el propio Ibai presumiera de ella en sus redes sociales. Nuestro escudo aparecía en uno de los eventos más importantes del año para el mundo del entretenimiento y en el perfil del mejor streamer de todos los tiempos. Asturias situada en el mapa gracias al Real Oviedo y la Real Banda de Gaitas de la ciudad tocando el himno regional. Oviedo acaparando las miradas gracias a su equipo de fútbol. Ramón Melendi Espina como embajador del club. Ibai Llanos como altavoz. Quien nos lo iba a decir en aquellos años de barro que volveríamos con tanta fuerza.
Del partido contra los de Bordalás me quedo con las buenas sensaciones que me transmitió Ilic, la tranquilidad con la que tuvimos la pelota en distintos momentos del partido y cómo supimos aguantar las arremetidas del Getafe. Aún queda mucho hasta el cierre de mercado, pero el buque de Paunovic está empezando a coger velocidad y las cosas sólo podrán mejorar con los fichajes. Será un agosto lleno de ilusión y alegrías porque disfrutaremos de los amistosos y de las primeras jornadas de Liga como si volviéramos a ese momento donde el Real Oviedo era una gigante y derrotaba a los más temidos de nuestro fútbol.
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