Por la plata baila el mono
Recibí la campaña de socios contento. Me gustó que el club tuviera un detalle tan generoso con los más antiguos. Es importante no olvidar a ... quienes llevan años pagando orgullosos su carnet sin importar la categoría en la que jugábamos. No sé si algún otro equipo de Primera ha llegado a tener un gesto similar con sus abonados. Después hay situaciones personales donde cada uno puede ver justas o no estas decisiones. Por hablar un poco de números, hay más de veinte mil casos con sus distintas particularidades. Así que entendía que hubiera quejas de todos los colores. Nunca llueve a gusto de todos y es imposible contentar a tanta gente. Sin embargo, el runrún en la afición oviedista empezó a crecer con el abono de los niños. El cual, al no tener hijos, no había ni mirado. Y, aunque el precio por partido puede no ser elevado, el incremento frente al año pasado es excesivo.
Pero el principal problema surge cuando uno compara el precio del Real Oviedo, entre 220 y 330 euros ya que la mayoría no estaban vivos en 2B, frente a otros equipos de Primera como el Celta donde se pagan 52 euros más 10 para ver Europa teniendo 3.800 personas en listas de espera. En Elche oscilan entre los 70 y 150, Levante 68 y 139, Real Sociedad 150-300 o Alavés 110-250. Otro de los ejemplos que también deja en evidencia la gestión del club es el abono familiar, que obliga al padre y a la madre a ser socios, mientras el Sevilla con que uno de los dos lo sea aplica un descuento. Y es que de la misma manera que la directiva nos pedía un esfuerzo a los aficionados para que entendiéramos el incremento que íbamos a sufrir en los abonos y con los que todo el mundo contaba, hay que exigirles un esfuerzo donde todos los oviedistas se vean beneficiados.
Porque también se podría hablar largo y tendido de que la grada de animación es la más cara de España y los carnets de adultos son más caros que en otros 14 equipos de la competición, sobre todo en los fondos, que es donde deberían de ser más baratos. Otro tema que no hay que dejar de lado es qué pasará con los minusválidos y los oviedistas con el carnet de no residentes. En definitiva, las cosas siempre se pueden hacer mejor y, como decía al principio, nunca se contentará a todo el mundo.
Pero, sobre todo, me llama la atención que siendo un niño el protagonista de la campaña de abonados se haya cuidado tan poco a las futuras generaciones que mantendrán a flote tanto al club como al oviedismo ¿No existe un intermediario entre afición y club para evitar estas tensiones y caminar alegremente de la mano? De no ser así debería de crearse porque algo está fallando. No se puede presumir en redes de lo que luego se destruye en el campo.
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