Un noviembre, casi diciembre
Cuando noviembre, casi ya diciembre, yerra por nuestra vida como un ángel de tos y de vacunas, la luz mayor que uno necesita para intentar ... seguir viviendo llega muy atardecida. Pero Gijón, movediza ciudad de la costa, tiene sus muelles por donde acercarse a la mar y ver pasar barcos en ruta despertando una ilusión marina. Una ilusión que echa a volar en el crepúsculo igual que las gaviotas cercanas al Piles. Hay velocidad de ciclistas y de corredores de pies para qué os quiero. Y algún hombre parado en la balaustrada. Y una mujer de melena negra, en la que me fijo, por que la luz de las farolas, tipo Gijón, parecen sosegarla y ponerla en larga contemplación tal como como si, en la mar, encontrara refugio, sosiego y consolación.
Sí, cada atardecer, en este noviembre de entierros tempranos y mares del Norte, también una ilusión puede echar a volar de proa hacia otros soles. Hay un mendigo en la glorieta cercana al Tostaderu. Tiene un suéter sucio, verde, y por debajo le asoma una tira de camisa. Le faltan dientes y fuma un tabaco de limosna. Y se ven las uñas sucias cuando extiende la mano por si le pueden dar algo.
Llegado ya a la altura de este paseo, tosiendo mi pequeña tos de vacunado, de vuelta por el puente, cruzo el Piles por el mismo itinerario de muchas tardes, y repaso, mientras camino, sus orillas de arena. Las campanadas de la iglesia de San Pedro parecen aclarar algo la bruma de la bahía. Las tiendas se van cerrando, y la topografía urbana se abre por las calles del barrio de la Arena. El parque, cerca del cual vivo, tiene los pájaros callados, y las hojas muertas, como si fueran una cosecha, acolchan los senderos. Los árboles han cambiado de vestido, y sus ramas, ahora, parecen raíces que quisieran plantarse en el cielo. Oigo decir que puede nevar en las alturas, pero que, en Gijón, no baja la nieve desde hace mucho tiempo, ni mezcla su blancura con la arena de la playa. La lluvia, aquí, es un sentimiento que debería figurar en los catálogos de nuestra psicología sentimental. O eso me parece.
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