Nvidia mueve el mundo
Dice el mediático Robert Shiller (Detroit 1946), Premio Nobel de Economía del año 2013, que desde el inicio de los tiempos, la conducta humana se ... rige por tres cosas: envidia, codicia e información asimétrica y que ha cambiado la tecnología que manejamos (más bien, ahora, nos maneja ella a nosotros), pero no la esencia de aquello que mueve el mundo.
Cada una de esas tres cosas a las que se refiere Shiller es la cara mala de otra que es imprescindible para progresar. La envidia es la cara fea de la comparación y el ser humano mide y se compara con otros porque es la única referencia que tiene para saber en qué punto está. Un rey de la Edad Media vivía mucho peor que un humilde trabajador de un barrio de periferia actual, pero como sus coetáneos vivían aún peor que él, el rey era feliz. Esa comparación cuando es malsana degenera en envidia. En cuanto a la codicia, es el egoísmo desbocado. El egoísmo no es malo y si no fuésemos así viviríamos frotando una piedra contra otra, pero el egoísmo y avaricia desmedidos desembocan en codicia, la cual hace no medir bien los riesgos que se asumen. Y la información asimétrica es lo opuesto a la utópica 'competencia perfecta' que se estudia como ideal de modelo de competencia entre empresas. La información asimétrica, es decir, el tener ventaja de información sobre otros, en cualquier faceta de la vida, es una aspiración tan antigua como inevitable y cuando esa ventaja es muy grande y muy difícil de corregir en el tiempo, paraliza el progreso social y genera grandes desigualdades. Si, además, esa ventaja se obtiene por contactos con altas esferas políticas, la corrupción ya está servida.
Esas tres cosas (envidia, codicia e información asimétrica) son como las tres patas de una mesa inestable porque la vida nunca tiene equilibrios estables, nunca es una foto fija y todo puede cambiar en cualquier momento. Pero, la Nvidia (envidia sin 'e' al principio) a la que me refiero en este articulo y que mueve el mundo es otra. Es la empresa tecnológica que cotiza en el índice Nasdaq norteamericano, vinculada a la IA (Inteligencia Artificial) que manejamos en Occidente. Nvidia es ya la empresa con mayor capitalización bursátil del mundo, cercana a los cuatro billones de dólares y su poder sobre nuestras vidas amenaza con ser omnímodo. Nvidia fue fundada en 1993 por el ingeniero taiwanés Jensen Huang. Cuando al principio no tenía ni un nombre definido, sus productos llevaban el distintivo NV (Nest Version) y, aprovechando esas iniciales y viendo el inmenso potencial del mercado latino, Huang decidió bautizarla como Nvidia, con un toque moderno ahora que están de moda esas palabras en las cuales se omite una letra. Nvidia subió en bolsa en el último decenio el 18.000% y desde su salida a bolsa el 370.000%, cifras que casi no alcanzamos a comprender su significado. Se estima que en el presente año la facturación de Nvidia crecerá un 55% respecto al año pasado a lo que hay que añadir que trabaja con márgenes de beneficio inmensos. El inmenso crecimiento de OpenAl, Anthropic, etc, todas vinculadas a la IA, hace ser muy optimista a Huang, ya que son clientes casi obligados de Nvidia.
Cuando hace meses, en plena guerra comercial y arancelaria entre Trump y China, con Europa de espectador pasivo, el gigante amarillo anunció la existencia de un competidor en IA, llamado DeepSeek, que ofrecía, aparentemente, lo mismo o mejor que Nvidia y a precios de saldo, las acciones de Nvidia sufrieron un duro impacto y bajaron desde los 150 dólares/acción hasta los 94 en poco tiempo. Pero, sólo tres meses después ya ha recuperado todo lo perdido y bate nuevos récords, situándose ya por encima de los 160 dólares. Huang pronostica un desarrollo inmenso de la robótica en los próximos años, lo cual daría más auge a Nvidia. Un repaso a las empresas con mayor capitalización bursátil del mundo deja bien a las claras que lo que mueve al mundo actual es la información. Las diez más valiosas son Nvidia, Microsoft, Apple, Amazon, Alphabet (Google), Meta (Facebook), Saudí Aramco, Broadcom, TSMC y Berkshire Hathaway. De las diez, sólo dos (y no ocupan los primeros lugares) no pertenecen al campo tecnológico y son la petrolera saudí Aramco y Berkshire, el conglomerado del mítico Warren Buffett, aunque ahora ha cedido la dirección a su delfín, el canadiense Gregg Abel. La tecnología de la información domina el mundo y ejerce un control total sobre el mundo actual.
Asistimos a la revolución más intensa que el ser humano haya conocido y todo ello se produce en una especie de escala temporal logarítmica (los acontecimientos suceden a una velocidad cada vez mayor). Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población occidental, este proceso dejará en situación de analfabetos digitales a la mitad de los europeos, los cuales no tardando mucho necesitarán o necesitaremos de la figura de un tutor digital. Algo parecido a como cuando hace medio siglo, en la mili algunos soldados necesitaban que alguien les leyese y escribiese las cartas para comunicarse con los familiares o con la novia. Eso generará la exclusión e indefensión de una gran parte de la población y conducirá a lo que el historiador israelí, de origen judeopolaco, Yuval Noha Harari, define como la «Primera Dictadura Digital de la historia». Harari, autor de un libro muy interesante titulado 'Sapiens (de animales a dioses)', vaticina que los tres ejes que dominarán la existencia del ser humano son los siguientes: la imposibilidad de discernir entre verdad y mentira (la IA puede fabricar los más disparatados vídeos y noticias con un realismo absoluto, siendo imposible para el ser humano saber si son ciertos o no), el poder omnímodo de los gobiernos y de las tecnológicas que sabrán absolutamente TODO de sus ciudadanos (perdón, súbditos) y el dominio abrumador del 'relato' sobre la realidad (ya estamos asistiendo a ello, porque se reescribe la historia, manipulada y cincelada a gusto de quien ostenta el poder, siendo los alumnos como una esponja que absorbe esos 'relatos', que no tienen nada que ver con la realidad).
El turco Daren Acemoglu y el norteamericano James Robinson, vinculados al MIT, y Premios Nobel de Economía del año 2024, alertan del peligro de la enorme concentración de poder que se está produciendo en manos opacas, de las cuales los gobiernos son meros títeres y advierten que esta revolución, a diferencia de otras anteriores, puede ser la primera que no genere más bienestar a la población, sino más dependencia y esclavitud y que estamos ante una nueva forma de dictadura: la Plutocracia Algorítmica.
Para remate, una frase de Huang, el todopoderoso CEO y creador de NVIDIA: «Cuanta más Inteligencia Artificial haya mejor nos irá en Nvidia». Yo añado que la única inteligencia que está retrocediendo es la humana. Basta con ver los telediarios.
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