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Una mala salida de su parcela defensiva le costó al Sporting una derrota en Cádiz. Fue un partido flojo, con más querer que poder y ... un fútbol ramplón. Los rojiblancos fueron un equipo vulgar ante un rival que enseñó muy poco. Hay que ser muy del Sporting o del Cádiz para aguantar un partido como el de ayer.
Garitano optó por una variante táctica con Nacho Martín y Olaetxea de pivotes, para dar libertad por delante a Gelabert. También se decantó por la veteranía de Cote, en detrimento de Diego Sánchez, uno de los más cotizados de la plantilla.
El Sporting tardó en entrar en el partido frente a un rival rústico, pero mejor asentado. Las dudas en la salida del balón costaron el primer gol, con Maras fuera de sitio. Nacho Martín no pudo rectificar el error de su compañero y Róber Pier tampoco cubrió el espacio. Los rojiblancos intentaron reaccionar, pero sin capacidad en el área rival, perdidos en amagos y bastante descoordinados.
En el segundo tiempo, el control del Cádiz se convirtió en un dominio gijonés, pero sin pisar el área, con un juego atropellado, a borbotones, que sólo tuvo algunos destellos aislados de Gelabert. Se notó la entrada de Nacho Méndez, pero el equipo no existió adelante. Fue una vuelta a las andadas. Asier Garitano no dio con la tecla.
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