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Cuando menos se esperaba llegó la última decepción del Sporting Atlético ante un ordenado y afortunado Lealtad. Tras una competición irregular de un equipo programado ... para ser líder, la imagen en el 'play off' parecía haber tapado los males, pero no fue así. Un devaneo de Kembo puso el partido cuesta arriba. Igualar el marcador fue una misión imposible. Así se recuperó la triste realidad para culminar el ridículo y seguir otro curso más en Tercera. Un cambio de ciclo es urgente.
El método de Orlegi no cuajó. Fue un rotundo fracaso. El holding mexicano entró en Mareo con ignorancia y prepotencia, mucha dialéctica y extraños experimentos. Óscar Garro y Pedro Menéndez hicieron mucho daño, pero no tuvieron ningún control. Gerardo García, teórico director de gestión deportiva, nunca se preocupó de la base y David Guerra tampoco ejerció su mando como presidente. Ambos desconocen esta materia. Y ahí siguen.
Cuando Orlegi llegó a Mareo, la línea era mejorable, pero no para una revolución. Desde el minuto uno se avisó del error, pero los mexicanos llegaron de listos y no dan el brazo a torcer. Ahí tienen a bastantes jugadores descontentos, algunos a punto se irse. Los mejores. La humildad y el sentido común no va con ellos.
La eliminación del Sporting Atlético, que de rebote impide el ascenso del artificial Sporting C, adelantará la toma de decisiones para iniciar un nuevo ciclo. Felipe Vega-Arango y Emilio Gutiérrez ya debieron empezar un análisis de todos los jugadores de los dos filiales y ver cuántos hay con proyección para el primer equipo. Mantener futbolistas sin una calidad mínima para pensar en el Sporting a corto o medio plazo es una pérdida de tiempo y de dinero.
Es probable que entre las dos plantillas del Sporting Atlético y el Sporting C no haya suficiente para hacer una consistente, incluidos los juveniles que cumplen o rompen la puerta para llegar arriba. El experimento del Sporting C ya existió en los años 80 como Sporting Promesas. Se canceló porque sólo daba gastos. Los jugadores no se forman en categoría regional. Todo lo contrario. Lo saben Felipe y Emilio, pero si vienen diez talentosos de Boston en algún sitio habrá que ubicarlos. Sería conveniente separar el negocio de la formación. La misión de Felipe y Emilio es incorporar futbolistas con proyección y formarlos. Así de sencillo.
Los nuevos técnicos de Mareo tienen poco tiempo para hacer un profundo análisis, tomar decisiones y confeccionar todas las plantillas, sin datos en los ordenadores, y hacer un nuevo organigrama de entrenadores y auxiliares, sin enchufados de la etapa anterior.
Es preciso poner los pies en el suelo, asumir una situación dislocada y empezar ya un ciclo nuevo. El margen de tiempo a los nuevos se les da en los inicios, pero no olviden que esto es fútbol y las exigencias en el Sporting siempre son máximas.
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