«No siempre es una cuestión de velocidad: todos los accidentes se pueden prevenir»
Aumenta el número de siniestros de camino y a la vuelta del trabajo y los supervivientes piden la creación de un protocolo de intervención detallado
R. Francés / A. Arce
Oviedo
Domingo, 17 de noviembre 2024, 20:25
El agua de la fuente de la plaza de la Cruz Roja se tiñó de naranja este domingo para recordar a las víctimas de accidentes de tráfico. Entre ellos, el motorista Rafa Marinas, el ovetense de 49 años que perdió la vida a mediados de septiembre tras salirse de la vía y chocar contra un talud mientras circulaba por la carretera que une Taramundi con Vegadeo. Falleció en el acto. Era uno de los miembros más antiguos y experimentados del motoclub Solidaridad Sobre Ruedas. Este 17 de noviembre, Día Mundial de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, su nombre y el de otros muchos resonaron con fuerza en la plaza de La Escandalera. Fue el lugar elegido por la Fundación Avata para celebrar la jornada y, de paso, llamar a la concienciación de la ciudadanía y así lograr el descenso de la siniestralidad.
Bajo la premisa clara de que «no siempre se trata de una cuestión de velocidad, sino que todos los accidentes de tráfico se pueden prevenir», según explicó el presidente del club de motoristas, Cristian Espinosa, y de que Avata ha registrado un aumento de los siniestros 'in itinere' –de camino o a la vuelta del trabajo–, lo que falta en las carreteras asturianas no es una única cosa. «Reivindicamos la concienciación de la gente que circula, porque este tipo de accidentes suceden porque vamos al trabajo con mucho estrés, tarde o pensando en otras cosas y la carretera es muy peligrosa». También una mejora generalizada del estado de las vías y, en lo que toca principalmente a los motoristas, «los guardarraíles, que aunque están cada vez mejor, no se acaban de eliminar y existen puntos negros».
Por su parte, Gema Rodríguez, delegada de la fundación en Asturias, reclamó que se cumplan los derechos de las víctimas; que no les llegue tarde la información, que tengan una sanidad adecuada y una debida atención psicológica, y que los diagnósticos se agilicen, ya que de ello puede depender evitar secuelas graves tras el accidente.
Secuelas como las que le han quedado a Rosana López. Fue atropellada por un coche mientras cruzaba por un paso de cebra en la calle Postigo Bajo por un «error humano» del conductor cuando volvía a casa del trabajo. La desplazó varios metros y a raíz de eso «me cambió la vida». «En ese momento te da tiempo a pensar en muchas cosas: piensas en tus hijas, en no dar con la cabeza en el suelo...». Ella, admitió, no conocía qué derechos tenía y aprecia un «déficit de medios» en estos casos. Es por ello que insta a las administraciones a crear un protocolo de emergencias específico para los casos en los que hay un accidentado. «Uno en el que todo el mundo sepa cuál es su responsabilidad» y que esta no se diluya por el camino entre el hospital o la mutua.