Alemania encarga a la fábrica de municiones de Trubia cien mil proyectiles para Ucrania
El pedido, del que se hará cargo Rheinmetall tras comprar la factoría de Expal, forma parte de un acuerdo marco valorado en 1.200 millones que ya ha tenido tres contratos
La villa de Trubia es la capital de la defensa del Principado de Asturias. Alberga dos de las principales empresas del sector a nivel europeo: ... Santa Bárbara Sistemas, líder en la fabricación de blindados; y, más recientemente, la alemana Rheinmetall, que se ha hecho recientemente con el cien por cien de la antigua Expal Systems por 1.200 millones de euros y, con ello, de la vieja fábrica de municiones de Quintana, que opera como filial del gigante europeo con el nombre de Rheinmetall Expal Munitions. Esta última se encargará de producir en la villa cañonera cien mil proyectiles de 155 milímetros como tercer pedido de un acuerdo marco valorado en 1.200 millones suscrito por la compañía con las Fuerzas Armadas de Alemania (Bundeswehr). El destinatario del encargo, eso sí, no será el país europeo, sino Ucrania, que recibirá dicha munición y otros proyectiles de alto explosivo DM 121. Así lo ha anunciado la compañía a través de un comunicado de prensa.
Como todas las que tienen que ver con la producción de armamento, se trata de una noticia que deja un gusto agridulce. Por una parte, supone el mantenimiento del compromiso con el empleo en Trubia que prometió la empresa alemana cuando se hizo con las participaciones de Expal. Por otro, se trata de un negocio en auge avivado lamentablemente por las circunstancias de guerra que asolan el mundo en la actualidad. En este caso, en la que están inmersos los países de Rusia y Ucrania desde hace más de un año.
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Las claves ¿Qué? Rheinmetall producirá cien mil proyectiles de 155 milímetros para Ucrania en un acuerdo marco con Alemania.
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Asturias La compañía tiene una de sus sedes principales en España en Trubia tras la compra de Expal Systems.
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Cifras El acuerdo marco está valorado en 1.200 millones de euros y ya ha dado a luz a tres contratos de municiones.
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Quintana La fábrica de municiones de Trubia ya está a pleno rendimiento tras el ERE y cierre en 2020.
En cifras, la empresa no ha querido desvelar el valor de este pedido en concreto y, en ese sentido, sólo especifica que asciende a tres dígitos (en millones de euros). En cuanto a los plazos de producción y entrega, las primeras decenas de miles de proyectiles llegarán a Ucrania a lo largo de este mismo año para reforzar las reservas de munición del país dirigido por Volodímir Zelenski en su lucha contra la invasión de Putin, y el resto, en 2024.
«La guerra en Ucrania ha obligado a las fuerzas armadas de numerosos países a reponer sus reservas de munición»
Fue en julio de este mismo año, según detalla la empresa, cuando Rheinmetall anunció la firma de un nuevo acuerdo marco con la Bundeswehr para la fabricación de municiones de artillería con un volumen bruto de pedidos potencial de alrededor de 1.200 millones de euros. Uno que, al detalle, recoge el suministro de varios cientos de miles de proyectiles, espoletas y cargas propulsoras. Su vigencia expira en 2029 y este es el tercer gran pedido que alberga.
La firma de este acuerdo, continúan las mismas fuentes de Rheinmetall, coincidió en el tiempo con la ampliación de otro acuerdo marco anterior -también con el Gobierno alemán- para el suministro de munición de 120 milímetros. Esta, específica para carros de combate y por un precio máximo cercano a los 4.000 millones de euros.
«La guerra en Ucrania», sentencian desde la compañía, «ha obligado a las fuerzas armadas de numerosos países a reponer sus reservas de municiones». En este contexto, advierten, «Rheinmetall ya ha reservado varios pedidos importantes de municiones de artillería». Algunos de sus productos mejor cotizados son: el proyectil altamente explosivo DM 121, el de humo oscurecedor DM 125 o las municiones con fusible sensor Smart DM 702, entre otras muchas tanto convencionales como dotadas con sistemas de iluminación infrarroja y otros proyectiles.
El traspaso de actividades empresariales de Expal S. A. U. al gigante alemán de la defensa tuvo lugar a principios del pasado mes de agosto. Una operación que se venía gestando desde hacía alrededor de un año y a la que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia dio luz verde en marzo. Con ello, Rheinmetall continúa expandiendo su posición como fundamental proveedor de las fuerzas armadas de la OTAN y, por otro lado, Trubia fortalece su músculo industrial y lidera la expansión del sector de la defensa en Asturias.
Movimiento que llegó con una promesa explícita de respeto al empleo. En aquel momento, desde la compañía calificaron de «esencial» el mantenimiento «de la tecnología y el personal existente de la empresa» en todas sus localizaciones -Expal mantenía sedes en Trubia, Madrid, Burgos, Navalmoral de la Mata, El Gordo, Albacete y Murcia, y la planta estadounidense de Texarkana-.
La decisión del grupo alemán no es peregrina. Rheinmetall quiere ganar peso en España ahora que la Unión Europea ha empezado a darle cada vez más peso al sector en medio de las tensiones militares producidas por la guerra de Ucrania -más ahora, tras la explosión del conflicto entre Israel y Hamas-, y que el Estado español ha decidido aumentar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB antes de 2030.
Sus planes, en todo caso, no pasarán únicamente por el mantenimiento de la actividad y el empleo, sino también por la implementación de una estrategia de crecimiento de la compañía a largo plazo. Son optimistas. Partiendo de un escenario previo en el que Expal Systems rondaba una facturación anual de en torno a los 400 millones de euros, la firma alemana con sede en Düsseldorf sostiene que la capacidad total de la empresa ofrece posibilidades de ventas anuales potenciales de entre 700 7 y 800 millones de euros.
Así, con una plantilla que ronda los noventa trabajadores -aunque con una elevada temporalidad-, la fábrica de municiones de Trubia continúa produciendo vainas y proyectiles tras el ERE del que fue objeto en 2020 que afectó a la totalidad de la plantilla -medio centenar de trabajadores- y un cierre unilateral de las instalaciones que se alargó hasta el mes de mayo de 2021. Desde entonces está a pleno rendimiento el taller de vainas y se ha puesto en marcha la primera fase de la forja, que sirve para producir municiones de artillería de campaña, naval y granadas.
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