Alicia Francos Pérez | Directora médica de la clínica de reproducción asistida Emby

«Cada vez se pospone más el embarazo y las posibilidades de gestación son más bajas»

–Es la primera clínica de reproducción asistida en España en obtener esta distinción.

–Sí, somos seis unidades de reproducción acreditadas por 'Joint Commission', pero el resto están dentro de estructuras hospitalarias, hacerlo desde una clínica con dedicación monográfica es bastante complicado. Desde el principio hemos trabajado pensando en la calidad y seguridad del paciente. La acreditación no es el objetivo, es una forma de pensar y trabajar.

–Pero es importante.

–'Joint Commission' es una organización que se dedica a acreditar instituciones sanitarias, clínicas, hospitales y centros residenciales de todo el mundo en calidad y seguridad del paciente. Nos hemos preparado durante dos años, trabajando conforme a este modelo de gestión de la calidad y cuando estábamos preparados pedimos la acreditación. Un auditor nos evaluó durante una semana. Actualmente, la 'Joint Commission' es la organización con más experiencia en acreditación sanitaria, llevan desde 1951. Es la organización más prestigiosa del mundo.

–¿Se presta la atención necesaria a estos aspectos en sanidad?

–La calidad nació en los procesos industriales en los que todo se tenía que hacer igual para que no hubiera problemas. Esa calidad se ha importado a la sanidad, sobre todo en los laboratorios. Allí todo se hace de manera muy controlada; sin embargo, a nivel sanitario se ha dejado más libre. Hay protocolos como 'infección quirúrgica zero', 'protocolo anticaidas', una serie de cosas que cuidan al paciente, pero en sanidad no siempre se le da la importancia que debe tener. En los laboratorios los procesos están estandarizados, pero también se puede estandarizar la atención. Me parece que la seguridad, la calidad y la atención al paciente es muy importante, nos dedicamos a tratar con personas.

–¿Cuál es la principal causa de los problemas de reproducción?

–Que cada vez se pospone más la edad de gestación, eso nos lleva a que las posibilidades de embarazo sean cada vez más bajas y que los centros de reproducción atendemos a gente de más edad. La natalidad está bajando y desde los centros de reproducción intentamos ayudar a estas mujeres, cuyo problema ha sido posponer la maternidad, que en el fondo son casi el 75 u el 80% de las mujeres que tratamos. La mayor causa es una edad materna avanzada.

–¿Qué media de edad tienen las mujeres que acuden al centro?

–En las clínicas privadas la media de los pacientes que llegan son 38 y 39 años. Es verdad que en la sanidad pública llega gente más joven, porque muchas veces a la privada nos llegan cuando ya ha fallado la pública, que es gratuita. Seguramente si le preguntas al director de la unidad de reproducción del HUCA, la edad media de sus pacientes sea uno o dos años menor que las mías, pero aún así es una edad avanzada.

–¿Cuándo hay que preocuparse?

–Partiendo de la base de que cada uno tiene que tener los hijos cuando quiere, es importante que la gente tenga claro que si no se consigue la gestación a los seis meses, si eres mayor de 35 años, o después de un año manteniendo relaciones sin protección, con menos de esa edad, hay que ir a un centro de reproducción. Porque mucha gente pospone esa consulta, le dicen que esté tranquila, y eso lo único que hace es posponer el momento del diagnóstico y el tratamiento. En reproducción es lo que llamamos «pérdida de oportunidad», cuanto más tarde diagnostiquemos y tratemos, menos oportunidades tendremos.

–¿Y cómo está Oviedo?

–Llevo 15 años trabajando en reproducción, he trabajado en centros públicos y privados en Madrid, Barcelona y ahora en Asturias, y está igual que el resto de España. Hay otras causas de problemas reproductivos, pero la más importante es posponer la maternidad aquí y en toda España.

–¿Qué técnica es la más utilizada?

–El hecho de que las mujeres vengan con una cierta edad hace que la técnica que más utilizamos sea la fecundación in vitro, la inseminación artificial se utiliza más en gente joven. Es la más eficaz en estas edades, en otras edades y con otras patologías podemos hacer inseminaciones, que es más sencillo, pero por encima de los 38 años la técnica de reproducción asistida indicada es la fecundación in vitro.

–¿Es complicado hablar de tasas de éxito?

–Sí, porque depende de muchas cosas. La medicina reproductiva es muy personalizada.

–Y está la parte emocional.

–Pues sí, y desde otras áreas de la medicina se entiende peor porque no tienen diabetes o un cáncer, pero la gente que nos dedicamos a esto estamos más sensibilizados. Es un problema importante que produce mucho sufrimiento, es una carga emocional que la sociedad todavía no entiende bien, los varones también sufren pero lo llevan de otra forma. Hay quien lo banaliza, le quita importancia o preguntan: «¿y tú para cuando?». Mucha gente está en el proceso, pero no tiene por qué contarlo.

–¿Y también acuden mujeres solas a la clínica?

–Sí, cada vez más mujeres solas deciden ser madres, todas con un perfil parecido: llega un momento en la vida en la que no han encontrado pareja, pero tienen claro que quieren ser madres. También hay muchas mujeres, cada vez más, que vitrifican óvulos. Es decir, ahora no quieren ser madres porque su momento social no es el adecuado, pero no quieren perder la oportunidad.

–Una opción que se debería tener presente.

–Pues sí, las mujeres tenemos una disminución progresiva, cada vez tenemos menos folículos y a medida que envejecemos son de peor calidad. Si queremos posponer la maternidad, lo suyo sería ir a un centro de reproducción, hacer analíticas y dependiendo de ellas y de la edad, plantearse vitrificar óvulos. Muchas mujeres que vienen a la clínica nos dicen: «si me lo hubieran dicho antes», porque no nos lo dice nadie. Si alguien quiere ser madre y no es el momento, a partir de los 35 años la opción sería vitrificar.