Presidente de Aspace

José Manuel Álvarez: «El nuevo pabellón de Aspace estará terminado para el próximo diciembre»

–Hábleme un poco de Aspace.

–Es una asociación de padres y personas afectadas por la parálisis cerebral que pretende dar visibilidad y ser la voz que no tienen nuestros hijos. Este año ha cumplido 60 años. Se fundó en 1964 por la necesidad que tenían los padres de dar una educación y una atención a sus hijos que, por desgracia, no había.

–¿Y en la actualidad?

–Gracias a esa ilusión, a ese ímpetu y a la necesidad, como todo en la vida, hoy día prestamos servicio a unos 200 usuarios y tenemos una plantilla de 120 trabajadores.

–¿Qué servicios ofrecen?

–Tenemos una unidad de atención temprana de 0 a 3 años, la joya de la corona, porque es el momento donde más podemos hacer por las personas con problemas puesto que es cuando el cerebro se adapta más fácil. Luego tenemos un centro de educación especial concertada para usuarios desde los 3 hasta los 21 años. Disponemos también de un Centro de Apoyo a la Integración, que es como un centro de día donde los usuarios vienen, hacen su jornada, tienen sus convivencias, formamos parte de un grupo y tienen muchas terapias respiratorias o de fisioterapia. y por último, tenemos la residencia, que ahora tenemos más de treinta usuarios donde cubrimos varias necesidades: temporales, permanentes y lo que llamamos 'el respiro', que son las atenciones de fin de semana. Como asociación de padres, nuestro objetivo es doble: Usuarios y familias. Es muy importante poder conciliar la vida de las familias, no hay que olvidar que nuestros usuarios son la gran mayoría personas de gran dependencia que requieren atención continua.

–¿Cómo avanza el proyecto del nuevo pabellón?

–Hoy, la tercera edad ha llegado al mundo de la discapacidad y nuestros usuarios no se pueden jubilar de ella, entonces se crea una nueva necesidad añadida. Donde todos nos volvemos dependientes, nuestros usuarios tienen más necesidades y más específicas, pretendemos dar un nuevo servicio que es como una residencia geriátrica que cubra sus necesidades. Por eso pedimos a todos que nos ayuden, que sean solidarios y aporten su pequeño ladrillo a esta obra que buscamos que sea un pabellón de todos para la discapacidad.

–¿Cuándo verá la luz?

–Hemos tenido ya una subvención de los fondos europeos a través de la Consejería de Derechos Sociales, tenemos subvenciones y donaciones de entidades sociales y particulares, estamos ya inmersos en este proyecto. Estamos en la fase de obtención de la licencia municipal e iniciar las obras que esperamos sea en enero, ya tenemos la adjudicación y un plazo de ejecución de un año, así que para diciembre deberíamos tenerlo terminado.

–Contarán también con donativos como el de la San Silvestre.

–Sí, hemos de agradecer al Ayuntamiento y a la organización de la San Silvestre que este año se hayan acordado de nosotros y más en este año tan especial.

–¿Tienen algún otro proyecto?

–Aquí no se puede parar ni para coger impulso, hay que seguir para adelante porque las necesidades van por delante. Siempre decimos que hay que crecer con el futuro presente, porque todo lo que hacemos es pensando en las necesidades del día de mañana, que van cambiando. Tenemos muchos proyectos, sobre todo que involucren a la sociedad con la discapacidad. Sobre esto me gustaría hacer una pequeña reflexión.

–Adelante.

–Habría que empezar a escribir 'disCAPACIDAD', porque la persona con discapacidad es la que potencia las capacidades, pocas o muchas, que tiene para suplir las que le faltan. La discapacidad no está en las personas, está en la sociedad que nos rodea. Todavía no hemos asumido la capacidad para adaptarnos a que esa persona que no compite en las mismas condiciones que nosotros pueda hacerlo.

–¿Somos una sociedad inclusiva?

–Bueno, lo único que está muy claro en la vida es que no hay cosa más inclusiva que la discapacidad. No entiende de raza ni de sexos ni de religiones. La discapacidad es totalmente democrática.

–¿Queda mucho por recorrer en materia de empleo?

–El empleo es fundamental porque las personas no podemos atender a los usuarios si no hay una mano de obra cualificada, y, además de saber hacer las cosas, yo reconozco que nuestros trabajadores tienen algo especial, es cómo hacen las cosas y el cariño con el que las hacen. Eso es un valor añadido que hay que tenerlo y es un sector en el que no hay paro. Creo que, si les encaja en su forma de ser, es una buena salida laboral para mucha gente.

–¿Cómo se vive la Navidad en Aspace?

–Si algo decimos, es que somos la familia Aspace, una familia numerosa en la que vivimos la Navidad con ilusión y rodeados de gente. Esta semana hemos tenido un grupo de alumnos de un colegio que han venido a trabajar y a ayudarnos a adornar. También tenemos empresas que colaboran o los veteranos del Oviedo, que vienen a jugar un partido de fútbol con nuestros usuarios todos los meses.