Bernardo Gutiérrez de la Roza: «No hay barreras para que un asturiano pueda hacer lo que quiera en el mundo»
«Desgraciadamente me doy cuenta de que cada vez que vuelvo a Asturias hay cierto inmovilismo y una sensación de confort que no es buena»
José Bernardo Gutiérrez de la Roza Pérez (Oviedo, 1965) es uno de los asturianos de la diáspora que se fue del Principado, donde ya había ... triunfado para ampliar sus horizontes y a fe que los amplió. Vuelve cada poco tiempo a Oviedo para no olvidar el terruño del que se declara completamente enamorado. Es el 'sheriff' de uno de los despachos de abogados más importantes de España y ha comenzado el salto internacional abriendo sede en Londres. No puede evitar el cariño a Asturias y más desde que su mundo es el mundo, de lo local a lo internacional volviendo a lo local.
–¿Está preocupado por lo revuelto que parece el panorama jurídico y político español?
–Creo que está ocurriendo algo muy peligroso, porque yo creo que la seguridad jurídica y el respeto a la inocencia de los jueces es una pieza base y básica, no solo del Estado de Derecho sino también de nuestra Constitución. Y por tanto, creo que con estas cosas no hay que jugar, porque lo que producen es desasosiego, nerviosismo y, sobre todo, puede generar inestabilidad. En estos momentos tenemos un país estupendo que tiene muchísimas posibilidades y lo que tenemos que hacer es respetar estas instituciones, también la monarquía. Dejar que de verdad los políticos hagan su trabajo , que de verdad hagan leyes que necesitamos los españoles y que dejen mezclar una cosa con otra.
–¿Cómo se siente un asturiano cuando vuelve a su tierra?
–Cuando cruzas el Negrón te sientes distinto, como miles de personas que lo hacen.
–¿Se suma a la reclamación de la supresión del peaje del Huerna?
–Hay una parte jurídica en esa cuestión y no lo he estudiado ni lo he visto. Lo que sí creo es que tenemos unas infraestructuras maravillosas que hay que cuidarlas, que hay que mantenerlas y evidentemente las cosas cuestan dinero. El estado de bienestar que tenemos en este país, que de verdad lo tenemos y lo disfrutamos, cuesta mucho dinero y las cosas hay que pagarlas. Esas cosas no son fáciles y no debemos perdernos con debates políticos y no se pueden minusvalorar las infraestructuras que tenemos, que las hemos pagado todos los españoles y muchas infraestructuras españolas con fondos europeos, y seamos conscientes de que somos unos privilegiados.
–Hablando de pagar carreteras o quitar peajes... ¿usted cree que paga demasiados impuestos?
–Es humano que protestemos cuando tienes que pagar por el fruto de tu trabajo unos impuestos que sí, considero elevados. Hay que ser consciente de que los impuestos es sagrado pagarlos. Los impuestos hay que vivir con ellos y que todos los que ganemos dinero tenemos que poner una parte de ese esfuerzo y esa recompensa que tenemos por el esfuerzo a disposición del entorno en el que vivimos para que le demos una España mejor a los que vienen detrás y puedan crecer. Ahora sí, creo que los impuestos sí que son altos y que si me deja usted decirlo desde el punto de vista de la empresa y los empresarios ejercen una labor fundamental en cualquier país y que hay que darles un entorno seguro, legal y fiscalmente, acorde con lo que las empresas de verdad deben destinar a los impuestos. En Asturias y en España, esta situación es complicada. La situación está muy politizada, pero está claro que si no se crea un entorno impositivo que favorezca el que se desarrollen las empresas en España nos va a costar mucho poder crecer, pese a las posibilidades que tiene este país. Se ha analizado con visión corta.
–¿Qué necesita Asturias para pegar un cierto salto de calidad?
–Lo primero que necesitamos es creérnoslo. Lo he dicho ya varias veces, ¿cómo se puede tener el complejo de ser asturiano, de ser de una comunidad pequeña, de estar entre montañas? Hoy no hay fronteras en el mundo, no hay ninguna barrera para que un asturiano no pueda hacer lo que quiera en el mundo. Creo que lo primero pasa por creérnoslo y que somos capaces de hacer todo lo que nos propongamos. Viajo mucho y por muchos sitios en el mundo y, de verdad, siempre me encuentro asturianos en sitios donde no te lo esperas y haciendo y desarrollando empresas, labores… en enseñanza, en universidades, en empresas... Porque de verdad somos muy especiales los asturianos. Tenemos un carácter increíble para hacer crecer el entorno en que estamos y eso yo creo que lo tiene que sentir el asturiano que está aquí. No ser cómodos. La vida puede permitirte disfrutar de Asturias, pero también tienes que mirar de Asturias a otros sitios, a otros entornos, al mundo entero. Asturias está preparada para cualquiera que quiera competir y cualquiera que tenga ambición sana.
–¿Y por qué no ocurre?
–Porque, desgraciadamente, cuando vuelvo a Asturias después de un tiempo me doy cuenta cada vez más de que hay cierto inmovilismo y hay cierta sensación de un confort que no es buena. Tenemos una tierra maravillosa, única, pero después se tienen que sacar provecho de lo que hay, porque unas tierras tienen riqueza y recursos naturales y otras no la tienen, y si no aprovechamos lo bueno que tenemos no llegaremos a ninguna parte y languideceremos.
–¿Qué es lo bueno que tiene Asturias?
–Muchísimas cosas. Aquí hay unos recursos naturales increíbles. Lo que pasa es que hay mucha regulación y hay que hacer compatible esa regulación con la explotación de los recursos. Son los políticos los encargados de que se haga compatible, pero compatible de verdad; es decir, ejecutable y aprovechar los recursos humanos para el desarrollo de la región. Es tan válido como aprovechar el turismo verde, que nos lo ha dado Dios. Por ejemplo, el agua y el entorno natural que tenemos son espectaculares y creo que la explotación de esos recursos, haciéndolo de forma racional, funcionará muy bien. Hay que saber explotarlo y hay que hacer que eso genere riqueza para que esta comunidad en la que vivimos pueda seguir siendo pujante, fuerte y la gente quiera vivir aquí.
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