Canteli defiende la «mínima» subida del IBI y se abre a negociar los presupuestos de 2025

El alcalde, Alfredo Canteli, volvió ayer a dar explicaciones sobre la medida recaudatoria en la entrega de la placa de la plaza Graduados Sociales en Pumarín. La justificó en la necesidad de cuadrar las cuentas municipales ya que «los gastos son brutales y desequilibran la balanza del Ayuntamiento» –puso de ejemplo el coste de la energía– y para mantener el gasto social, que «el otro día, cuando me preguntábais en la exposición de (José) Vélez, dije que en gasto social habíamos pasado de 15 a 30 millones desde 2019 y os engañé, es mucho más de 30».

Sobre las duras críticas de la oposición, cargó especialmente contra el PSOE –acusó a su portavoz, Carlos Fernández Llaneza, «de ser un alumno aventajado de Pedro Sánchez; te llama mentiroso cuando él está mintiendo» y lamentó que «esté instalado en el no»– pero sí contestó de manera afirmativa a la invitación de Izquierda Unida-Convocatoria por Oviedo de abrir una negociación de cara a los presupuestos de 2025. «Que sí, soy un negociador puro y mi gente igual. Y claro que vamos a negociar y llegaremos a un acuerdo; seguro que va a apoyar los presupuestos este año», auguró.

Refiriéndose específicamente a la subida del IBI la calificó de «mínima». De media, reiteró «son 30 euros y a la gente esa tan desfavorecida de la que tanto hablan el PSOE, 10 euros, 15 euros, 20 euros como mucho». Explicó que para el próximo año el objetivo es recuperar ese 0,04% de tipo adicional previo a la pandemia, cuando «lo frenamos para que el IBI no subiera a las familias» pero el Consistorio asumió unos gastos adicionales de 10 millones de euros.

Poco antes de estas declaraciones de Canteli, el concejal socialista Javier Ballina volvió a mostrar el malestar de su grupo por las medidas. Advirtió de que se suben los impuestos «no para mejorar los servicios públicos», sino ante la «mala gestión económica» –entre ellas «inversiones ruinosas como al Calatrava» o la pérdida de fondos europeos– y de una falta de «planificación» del gobierno local. Se trata, a su juicio, de una subida de impuestos «tremendamente injusta» al «perjudicar a las clases medias y a las desfavorecidas» mientras «premia a los grandes propietarios». Su grupo, avanzó, presentará enmiendas a la ordenanza.

Los graduados sociales cumplirán el próximo año su primer centenario como profesión. Adelantándose al redondo aniversario, y bajo una parpadeante lluvia, ayer se organizó una primera celebración en Pumarín (en la peatonal que une Fray Ceferino con Pepe Cosmen). El alcalde, Alfredo Canteli, y el concejal de Planeamiento, Nacho Cuesta, acudieron a entregar la placa con el nombre que bautiza la plaza frente a la sede del Colegio Oficial de Graduados Sociales –en la calle antes llamada Ramón Prieto Bances– al presidente de la institución, Marcos Óscar Martínez. Se mostró muy agradecido porque «han atendido a nuestras insistencias, ya que esta plaza no tenía nombre», y sobre todo orgulloso, porque «es curioso, es la única ciudad de España con una calle que tiene por nombre Graduados Sociales; con lo cual doblemente satisfechos, de alguna forma representa a otras sociedades a nivel nacional».

Rodeado de otros compañeros, explicó que en Asturias hay unos seiscientos profesionales, dedicados principalmente a la asesoría de pymes y a los departamentos de recursos humanos en empresas de mayor tamaño.

Por su parte, el regidor les felicitó por adelantado por los cien años y alabó que «esta es una plaza preciosa, que descubrí no hace mucho». Destacó, además durante la entrega, la escultura de Santiago de Santiago que forma parte «y da vida» al espacio.

Al acto acudieron, entre otros, los ediles Lourdes García, Natalia Sánchez Santa Bárbara y Cristina Pontón. También el decano del Colegio de Abogados, Antonio González-Busto, y el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, José Manuel Ferreira.