«El despoblamiento rural hace mella en Puerto»
Los vecinos de la localidad reclaman un centro social y la mejora de los accesos hasta el pueblo
COVADONGA DEL NERO
OVIEDO.
Lunes, 25 de octubre 2021
Para llegar a Puerto, el último municipio de Oviedo en su límite con Ribera de Arriba, hay que pasar la localidad de Las Caldas, en dirección a Caces. Al llegar, una pequeña casa catalogada muestra el encanto de lo que después se encuentra por los caminos de este disperso pueblo. En él, en torno a doscientos habitantes siguen conviviendo entre naturaleza, fuentes, lavaderos y hórreos.
«El despoblamiento rural hace mella en Puerto», asegura la presidenta de la asociación de vecinos, Silvia Rodríguez. «La gente del pueblo es de toda la vida, y ya tiene una edad». A pesar de ello, desde hace un año la asociación comenzó su andadura y «hemos conseguido hacer más fructífera la relación con el Ayuntamiento, así que estamos esperanzados, aunque quedan cosas por hacer».
En Puerto aún sigue en pie una casa indiana, blanca y azul, que se ve desde uno de los caminos del pueblo. También cuenta con un registro, aún no publicado, de fuentes y lavaderos. La última fuente data de 1978 y permanece sin agua. «Por aquel entonces, no había agua corriente y se rellenaba el bidón con agua traída desde Oviedo», explica Rodríguez.
También cuenta con la iglesia de San Pelayo de Puerto, cuya espiga data de 1882 y parte de su fachada está recién pintada. «Aún quedan por solucionar algunas goteras y humedades», comenta José Antonio Álvarez, otro de los vecinos. Además, un sinfín de hórreos completan el paisaje rural de este pueblo ovetense. «Es un pueblo muy disperso», aseguran ambos.
En el pasado, «el ferrocarril era muy famoso porque unía la línea que iba de San Esteban de Pravia a Oviedo y la de Collanzo-Oviedo». Era una especie de intercambiador, y mucha gente pasaba por el pueblo. «Se utilizaba sobre todo para transportar carbón».
Centro social y caminos
Los vecinos de Puerto se sienten «unos privilegiados» de vivir en donde viven esta zona «A muy pocos minutos de Oviedo, pero en plena naturaleza». Pero, como en toda parte rural, las reivindicaciones siempre salen a relucir. «Estamos luchando por un centro social, que prevemos pronto tendremos», asegura Rodríguez. Además, los caminos son muy estrechos, no pasan dos coches, por lo que pedimos un ensanche en algunas zonas», reclaman.
Además, en las cercanías del ferrocarril hay «un precipicio que es un peligro absoluto». Al cruzar las vías, el conductor se encuentra con que no hay guardarraíles y «esto va a acabar en desgracia». Los vecinos llevan tiempo exigiendo alguna solución pero «las administraciones no se ponen de acuerdo en a quién compete». Se refieren a Adif y al Consistorio ovetense. «Da la sensación de que hasta que no haya un accidente mortal no se va a mover un dedo por mejorar esta zona».