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Fernando Rodríguez Miaja. efe
Fallece Fernando Rodríguez Miaja, el eterno exiliado republicano ovetense en México

Fallece Fernando Rodríguez Miaja, el eterno exiliado republicano ovetense en México

Había llegado al lado de su tío, el general Miaja Menat, al puerto de Veracruz en 1939, dejando a su familia atrás y donde se estableció de por vida como ingeniero militar

ALBERTO ARCE

Martes, 1 de diciembre 2020, 14:19

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El ovetense Fernando Rodríguez Miaja, uno de los últimos supervivientes del refugio republicano español en México, ha fallecido a la edad de 103 años en la ciudad que le acogió con los brazos abiertos hace más de ocho décadas, en el exilio.

Nacido en Oviedo, era sobrino del general José Miaja Menat, el militar que evitó la caída de Madrid en noviembre de 1936 frente al avance de las tropas franquistas. El 29 de marzo de 1939 pisó por primera vez las tierras mexicanas después de huir de su país. Primero en coche, luego en avión y al final en barco. Lo había hecho junto a su tío. Alicante, París, La Habana y, al final, el desembarco en el puerto de Veracruz. «Nunca un país ha acogido con tanto cariño a los refugiados», admitía hace un año en una entrevista concedida a EFE en el 80 aniversario de la llegada de los exiliados españoles a ese mismo puerto.

La vida de Rodríguez Miaja se apagó el pasado viernes, informaron desde el Ateneo Español de México, del que era miembro desde 1953. De formación era ingeniero militar, y logró establecer una exitosa empresa de construcción en Ciudad de México. Siempre 'antifascista', 'antinazista' y 'antifranquista', no quiso volver a poner un solo pie en España hasta un año después del fallecimiento del dictador Francisco Franco. Nunca dejó de ser «un hombre de izquierdas», recordaba entonces.

De la guerra civil española siempre guardó un recuerdo amargo, que se había empezado a iluminar con el avance de la Segunda Guerra Mundial. «Creímos que nuestro porvenir estaba ligado a la suerte de los aliados y nos abandonaron con su tratado de no intervención. Luego llegó la pugna con la Unión Soviética», recordaba con pesar. Le tocó quedarse en México junto otros casi 30.000 españoles huidos de la cacería franquista a los combatientes que quedaron vivos del bando republicano. Sus padres y su hermana se habían quedado en España.

En sus últimos años, Rodríguez Miaja continuaba profundamente preocupado por «la falta de unidad de los demócratas frente al auge de la extrema derecha y el regreso de los 'ismos' contra los que tanto peleamos». Y aunque rehuía de dar consejos a las nuevas generaciones y jamás se consideró un personaje histórico, aunque lo fuera, defendió hasta el final la «necesidad» de unirse en la lucha por la libertad y contra la injusticia, «y la mayor injusticia que hay es la pobreza que va en aumento», sentenciaba.

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