Desconcierto en Oviedo por la caída del fémur desde un piso en la plaza de la Catedral
«Pensamos que lo podía haber traído una gaviota», narra el hostelero que halló los restos, aunque resultaron ser propiedad de un médico jubilado que lo tenía secando en el balcón
Raquel Fidalgo
Oviedo
Domingo, 25 de mayo 2025
Los relojes aún no marcaban las dos de la tarde y la plaza de la Catedral, animada por el buen tiempo y la celebración muy cerca de allí de la Preba de la Sidra de Gascona, lucía a reventar cuando, de pronto, un hueso cayó al suelo desde el balcón de una de las viviendas cercanas al Museo de Bellas Artes de Asturias, justo frente a las terrazas de hostelería, en el número 2. No era un hueso cualquiera, resultó ser un fémur humano. La animada hora del aperitivo enseguida dio paso a momentos de alarma y tensión entre las numerosas personas que se encontraban tomando algo o, simplemente, pasaban por allí. Ocurrió este domingo en Oviedo.
Afortunadamente, fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Asturias confirman que se trata de un asunto, aunque rocambolesco, «sin interés policial». De comprobarlo se encargó la pareja de agentes que acudió al lugar después de que un médico que se encontraba en la zona determinase que efectivamente se trataba de un hueso humano. Lo taparon con una bolsa de plástico negra para evitar la contaminación de posibles pruebas e iniciaron unas rápidas averiguaciones. Al parecer, cayó desde la casa de un médico jubilado.
Explicó a los policías que los tiene desde hace cuatro décadas, de la época en que los estudiantes podían acceder a estos restos para estudiarlos, y mostró el pertinente permiso. ¿Cómo terminó en la plaza? Les dijo que lo había puesto a secar en el balcón porque había comenzado a tener moho. Tras aclarar el malentendido, el médico volvió a subir a su casa con el hueso.
El primero en encontrarse con la grotesca escena de hallar un hueso humano tirado en mitad de la calle fue el dueño del Llar de la Catedral, Juan Cuesta, que en ese momento había salido del establecimiento para echar un vistazo a la terraza. «Salgo a controlar la terraza y con las mismas veo un hueso en el suelo», explica, aún con cierta incredulidad. Llamó a un médico que estaba tomando algo y «fue ahí cuando me dijo que era un fémur humano, posiblemente de una mujer». Inmediatamente llamó a la Policía Nacional.
En un primer momento, tanto el hostelero como sus clientes creyeron que «una gaviota pudiera haberlo traído, porque están haciendo obras para la ampliación del Museo de Bellas Artes, lo tienen levantado, hay arqueólogos y lo primero que pensamos es que se pudiese haber encontrado algún resto en esa zona, pero resultó que había caído de un piso». La alarma inicial no duró mucho. La gente se lo tomó «a cachondeo».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.