El futuro del transporte público de Oviedo: Sostenible y más rápido
El gobierno local prevé mejorar la red, favorecer la integración multimodal y la electrificación de la flota en los próximos años
A. Arce
Oviedo
Sábado, 26 de julio 2025, 22:31
El Ayuntamiento pretende dar un vuelco sin precedentes a la movilidad en Oviedo en favor del transporte público, la bicicleta y el resto de vehículos eléctricos, y sobre la base de una reducción ambiciosa del uso del coche particular en y de las emisiones en un 55% para 2030. Todo ello aparece en el nuevo Plan de Movilidad Sostenible de la capital asturiana. Entre otras medidas, y con el liderazgo claro de una sobre todas las demás –la implantación de la Zona de Bajas Emisiones–, el gobierno local quiere impulsar la movilidad peatonal y en bicicleta (esto ya ha empezado con el nuevo servicio de bicis eléctricas de alquiler); mejorar la red de transporte público y la integración multimodal, y electrificar el cien por cien de la flota de autobús urbano.
Para ello, está previsto un refuerzo de las líneas y, a futuro, la creación de nuevos carriles bus, así como la implantación de sistemas de prioridad semafórica, con el objetivo de reducir significativamente los tiempos y lograr que el transporte público adquiera un papel protagonista en la movilidad ovetense.
En la actualidad, el sistema de autobuses urbanos de Oviedo, gestionado por TUA, cuenta con 15 líneas diurnas y una nocturna, sumando 210 kilómetros de recorrido. La red se complementa con 525 paradas, de las cuales 75 tienen paneles de información en tiempo real. Las líneas más exitosas –C (Facultades-Lugones), H (Serrano-Parque Principado) y E (Las Campas-La Monxina)– registran más de 1,8 millones de viajes anuales. Sin embargo, las líneas rurales como la U y la V apenas superan el millar de usuarios al año, lo que refleja un desequilibrio entre oferta y demanda.
Así, en términos de eficiencia (viajes por kilómetro recorrido), destacan las líneas E y D, con ratios superiores a 4, mientras que otras, como la K, M u O, tienen un uso mucho menor. Las razones para no utilizar el autobús, explican los redactores del Plan de Movilidad, están vinculadas sobre todo al tiempo de trayecto (50,4%) y la preferencia por el vehículo privado (24,2%), más que al precio. También se señala la baja frecuencia de algunas líneas y la incomodidad del servicio. Mejorar la puntualidad, la cobertura y las frecuencias en franjas clave «podría contribuir a aumentar su atractivo, especialmente entre quienes usan el coche por rutina».
